Análisis

Garantizan seguridad alimentaria, pero mujeres carecen de tierras

Las mujeres rurales de América Latina enfrentan aún graves dificultades en la tenencia de la tierra, lo que las mantiene en una situación de vulnerabilidad

garan-mujeresLas mujeres rurales de América Latina (AL) enfrentan aún graves dificultades en la tenencia de la tierra, lo que las mantiene en una situación de vulnerabilidad, pese a su peso creciente en la producción de alimentos y la seguridad alimentaria.

“Las mujeres son las personas con la mayor condición de vulnerabilidad frente al tema de la tenencia de la tierra”, dijo a IPS la especialista Soledad Parada, asesora de Género de la oficina regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en la capital chilena.

Añadió que “durante largo tiempo, todas aquellas actividades que se han realizado para mejorar la situación de la tenencia de la tierra, en general, no han tomado en consideración a las mujeres”.

Como consecuencia de ello, “las mujeres acceden a la tierra ya sea por herencia o porque les fue asignada a través de alguno de los programas que ha habido de reforma agraria”, pero en todos los casos “han salido perjudicadas”, precisó.

Como en otras regiones en desarrollo, la agricultura familiar es la principal proveedora de alimentos en AL, y son las mujeres las que aportan cerca de la mitad de lo que comen los 600 millones de habitantes de la región.

Se estima que en AL unos 58 millones de mujeres viven en el campo, sin embargo, solo entre 8 y poco más de 30 por ciento de ellas posee tierras agrícolas.

Según un estudio de la FAO, realizado en seis países de la región, el porcentaje de propietarias mujeres alcanza 32 por ciento en México, 27 por ciento en Paraguay, 20 en Nicaragua, y 14 por ciento en Honduras.

Las mujeres propietarias, además, poseen los predios más pequeños y las tierras de menor calidad, y tienen menos acceso al crédito, a la asistencia técnica y a la capacitación.

“A 98 por ciento de la gente que trabaja en asistencia técnica no se le ocurre visitar a mujeres”, aseguró a IPS el especialista en tenencia de la tierra Sergio Gómez, consultor de la FAO. Más aún, dijo, “todos los procesos formales deben tener la firma del hombre, si no, la visita no vale, pues la propiedad está a nombre de él”.

La brecha de género en la propiedad de la tierra está históricamente relacionada con factores como la preferencia masculina en la herencia; los privilegios de los hombres en el matrimonio; la tendencia a favorecer a los varones en la distribución de predios por parte de comunidades campesinas e indígenas, y también de los programas estatales de redistribución. Se suman los sesgos de género en el mercado de tierras.

Las mujeres, por todas esas trabas, “han quedado explícitamente afuera” de la propiedad de la tierra, aseveró Parada.

En México, por ejemplo, las mujeres rurales trabajan 89 horas semanales, mientras que los hombres lo hacen solo 58, una situación que se repite en la región. Pese a ello, casi 40 por ciento de esas mujeres no tienen ingresos propios, mientras que solo 14 por ciento de los hombres están en la misma condición.

Fuente: IPS, imagen

 

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