Análisis

México, uno de los diez países más megadiversos del planeta

Nuestro país es uno de los diez más megadiversos del planeta, gracias a la gran variedad de suelos, climas y ecosistemas del territorio nacional, el sector agrícola mexicano usa aproximadamente 145 millones de hectáreas (13 por ciento de la superficie territorial de la nación) de tierra fértil, dedicada al cultivo de alrededor de 200 productos en distintas temporadas y estaciones. Por su agrobiodiversidad de ecosistemas, especies y genes, amén de la calidad de sus productos, México se ha convertido en una cornucopia de agrobiodiversidad y producción agrícola para el mundo.

Según explica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), los recursos fitogenéticos fungen como base y apoyo en materia de: seguridad alimentaria, medios de subsistencia y desarrollo económico; logrando, a la par, que este último sea un componente esencial de la biodiversidad. La misma organización estima que poco más del 10 por ciento de las 128 especies vegetales más importantes fueron domesticadas en territorio mexicano; asimismo, el sur de México y el norte de Centroamérica dieron origen a entre 60 y 100 especies vegetales cultivadas de relevancia internacional.

“El territorio mexicano ofrece una gran variedad de suelos, climas y condiciones que permiten la posibilidad de establecer y producir una gran diversidad de cultivos en cualquier época del año. Esto abre la posibilidad a una libre competencia y a que cada agricultor decida en función de sus posibilidades y capacidades el invertir en la producción de los cultivos que considere más rentables”, asegura Julián Montes, gerente general en Valent de México.

La agrobiodiversidad de un país se conforma por su inventario de especies de plantas y animales, así las cultivadas como las domesticadas con fines alimentarios u otros, e incluye además los parientes silvestres de dichas especies. En adición, la agrobiodiversidad incluye las complejas dinámicas e interacciones que se dan entre las personas, las plantas cultivadas y los ambientes donde conviven. Lo anterior tiene consecuencias en políticas de: conservación de los ecosistemas cultivados, promoción de la seguridad alimentaria y nutricional humanas, inclusión social y desarrollo local sustentable.

Base biológica de la seguridad alimenticia de México y del mundo, los recursos genéticos vegetales alimentarios y agrícolas son asimismo clave para la supervivencia de los seres humanos. La importancia de conservar y emplear de manera racional tales recursos se debe a que constituyen reservas de diversidad y adaptabilidad genética, útiles a fin de disminuir modificaciones ambientales y económicas; en suma, son necesarias para contribuir a garantizar la seguridad alimentaria del futuro. Por otro lado, benefician la sustentabilidad agrícola, el desarrollo nacional y la reducción de la pobreza.

Respecto a las entidades que más contribuyen a esta agrobiodiversidad y su respectiva producción agrícola, tenemos:

– Michoacán: más de 100 cultivos agrícolas diferentes, los más sembrados son maíz, aguacate, pastos y praderas para alimento de ganado, sorgo y limón.

– Jalisco: más de 100 cultivos agrícolas diferentes, mayor superficie dedicada a maíz, pastos y praderas para alimento de ganado, maíz forrajero, caña de azúcar y agave.

– Sinaloa: más de 70 cultivos agrícolas diferentes, maíz, sorgo, frijol, trigo y sorgo forrajero son los más abundantes.

– Veracruz: más de 100 cultivos agrícolas diferentes, maíz, caña de azúcar, naranja, cereza y limón cubren la mayor superficie agrícola del estado.

– Chihuahua: más de 60 diferentes cultivos sembrados en la entidad, entre los cuales destacan maíz grano, avena forrajera, algodón, frijol y alfalfa acicalada.

– Sonora: más de 80 diferentes cultivos, con mayor superficie agrícola dedicada a trigo, maíz, garbanzo, alfalfa acicalada y uva.

Estimaciones de la Planeación Agrícola Nacional 2017-2030, creada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), señalan la presencia de alrededor de 750 cultivos en territorio mexicano; aunque por cuestiones estratégicas de política pública nacional, son 38 los cultivos que más se fomentan y más superficie agrícola ocupan, y representan casi 75 por ciento del valor de la producción agrícola nacional. Fuera de esos 38 cultivos estratégicos, México también posee una ventaja competitiva o es una potencia exportadora relevante de papa, cebolla, ajo, pepino, sandía, melón, entre otros.

Trigo grano (cristalino y harinero), maíz (blanco y amarillo), café, caña de azúcar, frijol, avena forrajera, cacao, oleaginosas (girasol, cártamo, canola, soya), manzana, sorgo grano y arroz son los cultivos básicos del sector agrícola mexicano. Mientras los de alto potencial son: agave (tequila y mezcal), aguacate, bioenergéticos (higuerilla, jartropha, sorgo dulce), mango, piña, algodón, chiles y pimientos (Anaheim, árbol, jalapeño, habanero, bell), cebada grano, jitomate, cítricos (naranja, limón, toronja), uva, papaya, palma de aceite, fresa, frutas del bosque (zarzamora, arándano, frambuesa), nuez pecanera, vainilla, palma de coco.

México tiene ambiciosos objetivos para sus 38 cultivos estratégicos, se ha planteado que en 2030: producirá 174.5 millones de toneladas de alimentos, aumentará el valor de la producción en 133.7 miles de millones de pesos, incrementará los rendimientos anuales en 2.01 por ciento. Agroquímicos con certificación OMRI, biorracionales y otros productos ecoamigables, como algunos de los que forman parte del portafolios de especialidades de Valent, serán valiosos aliados del campo mexicano en su esfuerzo por alcanzar tales metas agrícolas de producción y rendimientos, señaló Montes.

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