Análisis

¿Por qué no puede haber más excusas para el desperdicio de comida en los supermercados?

La autora sostiene que uno de los grandes problemas es precisamente el sobrante constante en los autoservicios, toneladas de comida son tiradas a la basura

Tessa Clarke*

Ciudad de México, 13 de enero de 2022.— Cada año se desperdician 20.4 millones de toneladas de comida en México, un promedio de casi 158 kilos por persona, según datos del Banco Mundial, el equivalente al 34 por ciento de la producción para consumo humano. En cambio, terminan como alimento para animales, usado para digestión anaerobia de residuos sólidos e incluso en vertederos de basura que tienen un impacto devastador para el medio ambiente.

No hay justificación alguna para este nivel de desperdicio. En una época de creciente inseguridad alimentaria, ningún excedente de alimentos puede terminar en la basura.

De acuerdo con las estadísticas de organismos oficiales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), actualmente en México existen 10.8 millones de personas en pobreza extrema. Urgentemente necesitamos reducir el desperdicio de alimentos para que menos personas padezcan hambre.

Los supermercados hicieron frente admirablemente al desafío de la pandemia, ayudando a garantizar que algunas de las personas más vulnerables de la sociedad todavía pudieran acceder a los alimentos en un entorno seguro. Ahora necesitamos que los supermercados apoyen a las comunidades locales en los duros meses que se avecinan, sumándose a esta propuesta para resolver el problema del desperdicio de alimentos de una vez por todas.

Sin embargo, también reconocemos que los esfuerzos de los supermercados para reducir el desperdicio de alimentos enfrentan obstáculos por la falta de soluciones integrales a su disposición. Hay muchos proveedores de rescate de alimentos, todos ellos haciendo un buen trabajo, pero no necesariamente trabajando juntos.

Por esto estamos trabajando junto a los supermercados para acabar con el problema del desperdicio de alimentos en los supermercados. En Olio nos encargamos de distribuir todo tipo de excedentes de alimentos, incluyendo aquellos que las fundaciones de caridad no pueden aceptar. Al adoptar este enfoque en conjunto, todas las bases están cubiertas.

Convertirse en un negocio que no genera desperdicios es un paso clave de preparación para el futuro. Cada vez hay más pruebas que demuestran que los consumidores son menos tolerantes con el desperdicio de alimentos. Los consumidores están haciendo su parte; pero también esperan que los proveedores hagan lo mismo.

A pesar de esto, esas 20.4 millones de toneladas de alimentos desperdiciadas en México generan 36 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), lo que corresponde a las emisiones anuales de casi 16 millones de vehículos. Ya el agua utilizada en producir alimentos que luego terminan en la basura es de 40 mil millones de metros cúbicos, similar al consumo de agua de todos los habitantes del país durante 2.4 años.

En última instancia, la legislación puede ser inevitable. La Unión Europea (UE) ya se está moviendo en esta dirección, mientras que, en Francia, las tiendas de comestibles ya pueden ser multadas por negarse a regalar alimentos no vendidos. Lo ideal en México también sería establecer legislaciones óptimas y más eficientes ante el desperdicio de comida en supermercados.

Este es el momento de actuar. Debemos trabajar en conjunto para adelantarnos a futuras legislaciones y resolver el problema para siempre.

Todos los que conformamos la industria del rescate de alimentos compartimos la misma misión. Con soluciones disponibles en cada nivel de la industria del comercio minorista de alimentos, y más proveedores adoptando un enfoque conjunto para aliviar la carga de los supermercados, no puede haber más excusas para el desperdicio de comida.

* Cofundadora y CEO de Olio

(Fotografías: Cortesía Sherlock Communications)

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