La importancia de la gestión sostenible del agua
El mundo necesita producir un 60 por ciento más de alimentos para 2050 para garantizar la seguridad alimentaria mundial, y debe hacerlo al mismo tiempo que conserva y mejora la base de recursos naturales. El agua es un insumo importante en la provisión de alimentos, desde la producción en el campo a través de todos los pasos en la cadena de valor.
El agua también es necesaria para satisfacer las necesidades personales y domésticas, para la producción de energía e industriales, y para mantener importantes ecosistemas y servicios ecosistémicos que dependen del agua. Sin embargo, con la demanda y la competencia por el agua en aumento, los recursos hídricos del planeta están bajo un estrés creciente debido al cambio climático, la mala gestión y la contaminación.
La agricultura es la clave para lograr con éxito los objetivos y aspiraciones articulados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el cambio climático. También es crucial para los medios de vida de cientos de millones de pequeños agricultores y comunidades rurales en todo el mundo.
Los agricultores deben estar en el centro de cualquier proceso de cambio en la agricultura. A través de políticas apropiadas que brindan incentivos y aseguran una gobernabilidad efectiva, los agricultores pueden ser empoderados para conservar la biodiversidad, proteger los ecosistemas y minimizar los impactos ambientales.
Las instituciones de riego deben responder a las necesidades de los agricultores. Asegurar el suministro confiable de agua suficiente, aumentar la transparencia de la gestión del riego y lograr eficiencia y equidad en el acceso al agua probablemente requiera cambios en las actitudes de las instituciones y entre los agricultores, así como inversiones específicas en la modernización de la infraestructura, la reestructuración institucional y la mejora de las capacidades técnicas de los agricultores y gestores del agua.
Los países han identificado la agricultura como un sector importante de intervención en sus contribuciones determinadas en el ámbito nacional a la mitigación del cambio climático, y muchos han colocado al agua en la parte superior de la lista para las medidas de adaptación previstas.
Conforme a estos nuevos desafíos, el programa de agua de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está respondiendo de manera decisiva a las necesidades de sus países miembros.