Análisis

Urge ONU frenar alza del hambre y obesidad en América Latina y el Caribe

Las personas con obesidad se triplicaron desde 1975 y las que padecen hambre aumentaron 11 por ciento en los últimos cuatro años, según el Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional 2019

Santiago de Chile, 12 de noviembre de 2019.— La prevalencia de la obesidad en adultos en América Latina y el Caribe se ha triplicado desde los niveles que había en 1975, al punto que hoy uno de cada cuatro adultos vive con obesidad, en una región donde el hambre ha vuelto a crecer y afecta a 42.5 millones de personas, señala el nuevo informe de Naciones Unidas, Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional 2019.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP), pidieron acciones urgentes a los países para enfrentar el aumento de la malnutrición en la región.

El documento destaca la necesidad de promover entornos alimentarios más saludables mediante impuestos e incentivos fiscales que favorezcan una alimentación adecuada, sistemas de protección social, programas de alimentación escolar y la regulación de la publicidad y de la comercialización de alimentos. Las agencias también subrayan la importancia de mejorar el etiquetado de alimentos con sistemas de advertencia nutricional frontal, asegurar la inocuidad y calidad de los alimentos que se comercializan en la calle, y reformular la composición de ciertos productos para garantizar su aporte nutricional.

Según el Panorama…, el aumento más considerable de la obesidad en adultos en la región se observó en el Caribe, donde el porcentaje se cuadruplicó, pasando de 6 por ciento en 1975 a 25 por ciento, un incremento en términos absolutos de 760 mil a 6.6 millones de personas.

De igual manera, el Panorama… señala que cada año 600 mil personas mueren en América Latina y el Caribe debido a enfermedades relacionadas con la mala alimentación, como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. La alimentación inadecuada está asociada con más muertes que cualquier otro factor de riesgo, algo que amenaza a nuestras futuras generaciones, ya que la obesidad tanto en la niñez como en la adolescencia se ha triplicado entre 1990 y 2016.

La publicación destaca que la región está peor que el resto del mundo en la mayoría de los indicadores de malnutrición relacionados a la ingesta excesiva de calorías: el sobrepeso se ha duplicado desde la década de 1970, y afecta hoy al 59.5 por ciento de los adultos en la región, 262 millones de personas, mientras que a nivel global la tasa es 20 puntos porcentuales menor: 39.1 por ciento.

En contraste, la región tiene menores tasas de subalimentación que el mundo (6.5 por ciento para la región versus 10.8 por ciento mundial), desnutrición crónica infantil (9 por ciento versus 21.9 por ciento), y mucho menores tasas de desnutrición aguda infantil (1.3 por ciento, versus 7.3 por ciento para el mundo). Sin embargo, las agencias advierten sobre el aumento preocupante del hambre, que ha vuelto a crecer en 4.5 millones de personas desde 2014 —un aumento del 11 por ciento— alcanzando 42.5 millones en 2018, su punto más alto de la última década.

El Panorama… hace un análisis detallado de cómo ha cambiado el entorno alimentario de la región, entendido como el espacio de interacción entre las personas y las condiciones físicas, económicas, políticas y socioculturales que influyen en la manera que adquieren, preparan y consumen alimentos.

Las ventas de productos ultraprocesados son las que más crecen en América Latina, lo que incrementa la exposición de la población a cantidades excesivas de azúcar, sodio y grasas: entre 2000 y 2013, el consumo de productos ultraprocesados creció más de 25 por ciento, y el consumo de comida rápida creció casi un 40 por ciento.

La expansión de las cadenas de supermercados y la preponderancia que han tomado las grandes industrias procesadoras de alimentos, es otro gran cambio que ha experimentado el entorno alimentario regional, el cual ha hecho que los productos ultraprocesados estén disponibles en todas partes, y a menores precios que la comida nutritiva. Los pobres son quienes más han sufrido con estos cambios, ya que hoy para este grupo de población puede resultar más caro comer sano que comer mal.

La región ha reaccionado ante el alza de la malnutrición mediante una serie de políticas públicas. Países como Chile, Ecuador, Perú y Uruguay han implementado leyes de etiquetados de alimentos, que les permiten a los consumidores tomar mejores decisiones al momento de la compra.

Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Perú, Panamá y Uruguay han mejorado la regulación sobre publicidad de alimentos, y al menos 13 países de la región han adoptado medidas fiscales y de carácter social que buscan favorecer una alimentación adecuada. Según el Panorama…, los programas de protección social, alimentación escolar, los sistemas públicos de abastecimiento y comercialización de alimentos y las políticas que promueven la inocuidad y calidad de los alimentos son fundamentales para mejorar la nutrición.

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