Biotecnología

¿Afectan los cultivos transgénicos a las abejas?

La reducción global en el número de colmenas causa preocupación

trans-abejasApis melífera (abeja melífera) es un conocido insecto productor y almacenador de miel, y en el sector agrícola es altamente esencial en la polinización de 13 cultivos e importante en la polinización de al menos otros 57. Por esto, en ocasiones se manifiesta preocupación social y en los medios de comunicación por una eventual reducción global en el número de colmenas, y generalmente suele culparse como alguna de las causas a los cultivos genéticamente modificados (GM) y sus fitosanitarios asociados.

Históricamente se han reportado grandes mortandades de abejas en los años 950, 992 y 1443 en Irlanda, así como diferentes desapariciones masivas sin causas claras desde fines del siglo XIX. Diversas desapariciones ocurrieron desde 1906 hasta la década de 1960 en Estados Unidos, Australia y Canadá. Desde la década de 1970 hasta 2006 se observaron reducciones en la cantidad global de colmenas de abejas, especialmente en el hemisferio norte. Se habían acuñado distintos nombres para referirse a estas múltiples desapariciones, pero en 2006 se renombró el fenómeno como Síndrome de Colapso de Colonias (CCD, por sus siglas en inglés).

Los mecanismos causantes del CCD son desconocidos pero se han propuesto diversas causas, que podrían ser sinérgicas en conjunto. Entre ellas se encuentran el ácaro varroa y los virus que porta (como el virus de parálisis aguda de Israel y el virus de las alas deformes); parásitos (especialmente Nosema apis); hongos; inmunodeficiencias; factores genéticos; antibióticos y pesticidas; desnutrición; métodos de cruce; baja variabilidad poblacional; el estrés de la apicultura migratoria o trashumante; pérdida de hábitats, entre otros.

Se debe tomar en cuenta que el CCD también se ha reportado en países que no siembran cultivos GM, por ejemplo, en el Reino Unido, Bélgica, Francia, Países Bajos, Grecia, Italia, Suiza y Alemania.

Entonces, ¿por qué se culpa a los cultivos GM? ¿Cómo se puede saber si efectivamente pueden o no ejercer algún tipo de impacto negativo en las abejas? Para responder esto, se debe analizar los dos tipos principales de cultivos GM a nivel comercial: aquellos resistentes a insectos y aquellos tolerantes a herbicidas.

En el caso de los cultivos GM resistentes a insectos, estos han sido modificados para expresar una (o algunas) de las más de 200 tipos de proteína Bt, la cual es producida en la naturaleza por la bacteria Bacillus thuringiensis, una bacteria natural del suelo. Por su especificidad, las proteínas Bt actualmente utilizadas permiten controlar de forma específica insectos plaga del orden Lepidóptera y del orden Coleópteraque atacan los campos de cultivo, sin afectar a otros insectos no plaga, como la abeja (que pertenece al orden Hymenoptera), mariposas, chinitas, entre otros.

Estas proteínas tienen un extenso historial de seguridad ya que se han aplicado en forma de spray en agricultura convencional y orgánica desde la década de 1920, e incluso es mucho más segura para las abejas que otros insecticidas y fungicidas naturales usados en agricultura orgánica [10]. En la bibliografía académica hay 33 estudios científicos revisados por pares que avalan la inocuidad de los cultivos Bt para las abejas.

Para el segundo caso, cultivos GM tolerantes a herbicidas, estos han sido modificados para tolerar un herbicida específico, principalmente glifosato, lo cual permite realizar un mejor control de malezas y adoptar prácticas ambientalmente amigables como la siembra directa. Cabe mencionar que el glifosato actúa inhibiendo la enzima EPSPS que participa exclusivamente en el metabolismo de plantas para la síntesis de aminoácidos aromáticos. Esta enzima no la poseen insectos ni animales, por lo cual estos no se ven afectados.

Este herbicida también cuenta con un historial de uso seguro y baja toxicidad (ambiental, humana y animal) desde 1974 en agricultura convencional, y desde 1996 en cultivos GM. Se ha estudiado ampliamente su aplicación en laboratorio y en campo para evaluar su potencial toxicidad para las abejas, sin encontrar efectos dañinos tanto para individuos adultos y sus larvas. Diversos estudios revisados por pares así como informes de agencias regulatorias y universidades avalan su inocuidad para estos insectos polinizadores.

La siembra de cultivos Bt ha permitido reducir enormemente la aplicación de pesticidas, y la adopción de cultivos tolerantes a glifosato ha reducido el uso de fitosanitarios de mayor toxicidad. Ambos factores han permitido una mayor sustentabilidad ambiental y una reducción del impacto a la biodiversidad, incluyendo insectos no plaga como las abejas.

Finalmente, retomando el problema del CCD, si se observa el nivel de colmenas administradas en Estados Unidos y Canadá [Imagen 1], primer y quinto mayor productor mundial de cultivos transgénicos respectivamente, estas han aumentado desde 521 mil en 1995 a un récord de 672 mil en 2013 en Canadá, y en el caso de Estados Unidos, se han mantenido estables a lo largo de las dos últimas décadas. Sin duda se debe avanzar en desarrollar estrategias efectivas para detectar con precisión las causantes del CCD, pero eso no implica obstaculizar tecnologías como los cultivos transgénicos, que han demostrado ampliamente su inocuidad.

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