Biotecnología

Alimentos genéticamente modificados mitos y realidades

La agricultura es una de las actividades del ser humano que tienen un mayor impacto sobre el medio ambiente que nos rodea y la biodiversidad de nuestro planeta. Su mayor efecto nocivo es el reemplazo de la diversidad vegetal por el cultivo de algunas especies vegetales en una zona determinada. Adicionalmente está el uso de pesticidas, herbicidas y fertilizantes.

Sin embargo, es claro que las labores agrícolas, así como muchas otras actividades del ser humano, son un mal necesario para satisfacer la creciente demanda de insumos de la población del mundo. En la actualidad existe una conciencia cada vez mayor de evitar al máximo los efectos nocivos para el medio ambiente y la diversidad biológica de las actividades del hombre. En el caso de la agricultura es deseable la reducción del uso de agroquímicos que dañan al medio ambiente y la producción de variedades vegetales con mayor productividad para disminuir la necesidad de abrir nuevas zonas de cultivo.

Es importante mencionar que en las condiciones de desarrollo actuales y probablemente en las próximas dos décadas, es irrealista pensar en la posibilidad de mantener, y menos de aumentar los niveles de producción agrícola sin incluir el uso de agroquímicos. Asimismo, es fundamental establecer que los desarrollos científicos y tecnológicos en el área agrícola deben estar encaminados a desarrollar una agricultura sustentable y más benigna para el medio ambiente.

Para el desarrollo de una agricultura sustentable se ha propuesto un gran número de estrategias y desarrollos tecnológicos. Dentro de éstas, el uso de plantas transgénicas tal vez sea la de mayor potencial y la que más controversias ha causado. El enorme potencial de las plantas transgénicas para incrementar la producción, disminuir los costos de producción y la disminución del uso de agroquímicos, ha sido claramente documentada en los casos de las plantas transgénicas resistentes a insectos, a virus y herbicidas. Estas características en conjunto representaron en 1998 un beneficio adicional a los agricultores de Estados Unidos y Canadá de más de 800 millones de dólares, una reducción del uso de herbicidas de 10 a 40 por ciento y de 40 a 100 por ciento en insecticidas en las áreas que usaron plantas transgénicas resistentes a herbicidas e insectos, respectivamente, y un incremento promedio en la producción de maíz, soya y algodón de más del 4 por ciento por hectárea.

Existen nuevos desarrollos científicos que permiten prever el desarrollo de plantas que requieran menos fertilizantes para crecer o que pueden ayudar a limpiar sitios contaminados por metales pesados y, por lo tanto, pueden tener un enorme significado para la conservación del medio ambiente y la biodiversidad.

A pesar de los claros beneficios económicos que representa para el medio ambiente el uso de las variedades transgénicas, un sector de la sociedad, sobre todo en países de la comunidad europea, han manifestado su preocupación por los posibles efectos negativos que podría tener el uso de las plantas transgénicas para el medio ambiente. La principal preocupación de estos grupos es el efecto que pueda tener la transferencia de los genes extraños a especies silvestres o a malezas. Mucho se ha discutido acerca de los probables mecanismos para poder determinar el potencial impacto de la transferencia de genes a variedades silvestres o malezas.

Puesto que se desconoce cuáles serían los impactos negativos (si es que éstos existen y si difieren de la transferencia de genes que ha ocurrido por muchos años de variedades tradicionales) que pudiera tener la comercialización masiva de plantas transgénicas, hasta la fecha ha sido muy complicado definir mecanismos específicos para determinarlos y cuantificarlos. Sin embargo, es importante puntualizar que existe la tecnología necesaria para evitar que dicha transferencia de genes ocurra y además, que en diversos laboratorios del mundo se están desarrollando tecnologías para eliminar la necesidad de usar genes necesarios pero poco deseables para la producción de plantas transgénicas como son los genes que confieren resistencia a antibióticos.

Un hombre Estrella

Las investigaciones del doctor Luis Herrera Estrella son reconocidas en el ámbito internacional, no sólo por ser pionero en el establecimiento de la ingeniería genética como una herramienta indispensable para el estudio de la biología vegetal, sino que se ha convertido en una referencia obligada para todo aquel que entiende que la biotecnología agrícola es una piedra angular para el desarrollo futuro de los países con economías emergentes.

Su participación en el panorama científico internacional le ha merecido distinciones importantes, como ser el actual presidente de la Sociedad Internacional de Biología Molecular de Plantas y el haber sido elegido Miembro Extranjero de la Academia de Ciencias de Estados Unidos.

Recientemente formó la Unidad de Genómica Vegetal del Cinvestav Irapuato con el apoyo del Conacyt.

Entre muchas otras aportaciones, su grupo de trabajo desarrolló por primera vez en el mundo, plantas transgénicas tolerantes a concentraciones tóxicas de aluminio, ya que la toxicidad por este metal es considerada la limitante más importante para la productividad agrícola en más de 900 millones de hectáreas de suelos ácidos cultivables de zonas tropicales.

Herrera Estrella nació en la ciudad de México el 21 de junio de 1956. Se graduó como ingeniero bioquímico en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, continuó estudios de maestría en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, y de doctorado en el Departamento de Genética de la Universidad Estatal de Gante, en Bélgica.

El resultado de sus investigaciones ha sido publicado en las revistas científicas más reconocidas del mundo: Nature y Science. Ha recibido múltiples premios de reconocidos organismos internacionales. En nuestro país fue galardonado con el premio de la Academia de la Investigación Científica de México y el Premio Nacional en Ciencias y Artes.

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