Biotecnología

Con hongos, protegen cultivos de chile y jitomate

Hongos filamentosos del género Trichoderma funcionan como organismos biocontroladores al eliminar bacterias y hongos fitopatógenos

México.— Especialistas del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Langebio–Cinvestav) trabajan en el control biológico de fitopatógenos utilizando hongos filamentosos del género Trichoderma, capaces de eliminar bacterias que afectan a cultivos agrícolas.

La principal propiedad de estos hongos es que funcionan como organismos biocontroladores al eliminar bacterias y hongos fitopatógenos, gracias a la secreción de antibióticos y enzimas hidrolíticas que degradan sus paredes y componentes celulares.

Además, Trichoderma spp. secreta sideróforos, compuestos que capturan el hierro del ambiente y lo trasladan a la planta, con lo cual ésta obtiene un elemento fundamental para su desarrollo. También, este hongo es capaz de establecer relaciones simbióticas con las plantas al colonizar sus raíces, con lo que les proporcionan nutrientes y fitohormonas —auxinas y giberelinas— que promueven su crecimiento.

De acuerdo con los doctores Sergio Casas Flores, del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICyT), y Alfredo Herrera Estrella, del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Langebio-Cinvestav) —titulares de la investigación―, hasta ahora sólo han trabajado con chile y jitomate, aunque Trichoderma spp. ha sido utilizado en otros cultivos como el maíz.

Con base en ello, su trabajo se ha centrado en el estudio de una enfermedad conocida por los agricultores como secadera o marchitez de las plantas de chile, causada por un complejo de hongos del suelo, entre los que se incluyen Rhizoctonia solani, Fusarium oxysporum y Phytophtora capsici.

Casas Flores señaló que estas plagas afectan la calidad de los frutos y disminuyen la producción, por lo que es preciso aplicar Trichoderma spp. en varias ocasiones durante el ciclo agrícola.

La primera de estas aplicaciones se realiza sobre la semilla; una vez que ésta ha germinado, las charolas con las plántulas son sumergidas durante unos minutos en un recipiente que contiene la formulación de agua y las conidias —estructuras de reproducción asexual microscópicas del hongo.

Una vez trasplantadas al campo las plántulas, se emplea riego por goteo para hacer llegar la formulación a la raíz de la planta y asegurar la presencia del hongo protector; a lo largo de esta etapa, se realizan las aplicaciones de forma periódica hasta que aparecen los frutos y se levanta la cosecha, explicó el especialista.

El investigador del IPICyT adelantó que se plantea patentar esta fórmula y transferir la tecnología para que en lo futuro el producto pueda ser comercializado no sólo en toda la República, sino en América Latina.

Para realizar esta investigación, Casas Flores ha contado con el apoyo de la Junta Local de Sanidad Vegetal y el Centro de Producción de Organismos Benéficos del Valle de Villa de Arista, San Luis Potosí; los productores permitieron a los investigadores instalar parcelas demostrativas durante el ciclo anterior, primavera—verano, en las cuales comprobaron la eficacia de su formulación como biofungicida.

2000 Agro (Con información de la Agencia ID)

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