Biotecnología

Denuncian posible siembra de maíz transgénico

El maíz transgénico MON 810 de la empresa Monsanto, que el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y el Instituto Nacional de Investigaciones, Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) pretenden cultivar experimentalmente en México, fue prohibido el pasado 30 de enero en Grecia, por considerar que ocasionaría impactos ambientales negativos.

Según Greenpeace, la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) retomó el Proyecto Maestro de Maíz que suspendió el año pasado, lo puso a «consulta pública» a partir del pasado 21 de enero en medio de un listado de solicitudes donde aparecen distintos productos, sin mencionar explícitamente que se trata del citado plan, sostuvo Gustavo Ampugnani, responsable de la campaña de Ingeniería Genética de Greenpeace.

La Sagarpa había autorizado siete permisos para sembrar las variedades de maíz Hércules, Yield Gard, Faena 2 y Mon 8017 en campos experimentales de INIFAP en los valles Fuerte, Culiacán y Yaqui, así como el sur de Tamaulipas. El pasado 24 de enero informó en un comunicado que el listado de solicitudes estaba a consulta pública en la página de Internet del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).

De acuerdo con las solicitudes, las empresas tienen estimado sembrar en Sinaloa, en febrero de este año como fecha límite, y en Tamaulipas el plazo es hasta noviembre de este año. Las autorizaciones están sujetas a lo que determine el Senasica.

Ampugnani agregó que la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados no se está aplicando, porque aún no se ha reglamentado, y en su lugar todavía se utiliza la norma 056.

Puntualizó que la siembra «experimental» se pretende hacer con recursos del gobierno, ya que la Sagarpa destinará 4.9 millones de pesos para ese proyecto, a pesar de que se utilizarán semillas que son propiedad de las empresas.

Mencionó que el interés de las transnacionales es que se realice la siembra experimental, ya que esto constituye un requisito previo para que se autoricen los cultivos comerciales de maíz transgénico, y chantajean con el planteamiento de que en dos años se irán si no se autorizan sus planes de cultivos de maíz.

Ampugnani estimó que los maíces pueden tener diversos impactos, entre ellos la generación de resistencia a los insectos que se pretende combatir, pues hay estudios según los cuales los insectos pueden tener inmunidad al BT. La probabilidad de que haya resistencia es mayor en la medida que los cultivos se siembren a gran escala.

Aseveró que la medida del gobierno de Grecia tiene como fin proteger el medio ambiente y por ello estableció la prohibición a fines de enero, en particular de la variedad MON 810. En México, la Secretaría de Salud aprobó este maíz transgénico para consumo humano y, dado que el etiquetado de transgénicos no es obligatorio, los consumidores no tienen herramientas para identificar dichos productos, mientras la Unión Europea y Suiza sólo aprobaron esta variedad para consumo animal.

Fuente: La Jornada

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