Biotecnología

Guerra vs depredador de la yuca

Toda una «guerra biológica» lleva a cabo un equipo de científicos del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de Francia (IRD) contra la cochinilla que se nutre de la savia de la yuca, provocando el decaimiento de éste que es uno de los más importantes alimentos de América del Sur.

La cochinilla, conocida científicamente como Phenacoccus herreni, es un enemigo temible de la yuca, pero a su vez, este insecto es amenazado por unas avispas que viven a costa suya como parásitos.

Los investigadores descubrieron y analizaron una sustancia química que es emitida por la cochinilla, la cual es reconocida por dos tipos de especies de avispa–parásito: Acerophagus coccois y Aenasius vexans. Ambas especies viven a costa de la cochinilla.

Las avispas recorren de manera minuciosa los campos y palpan con sus antenas a las cochinillas, les depositan sus huevos y cuando los parásitos emergen, las cochinillas mueren. Sin embargo, la muerte de la cochinilla no es suficiente como para terminar con la depreciación de la yuca.

Esta situación puede ser modificada gracias a que en colaboración con el Centro Internacional para la Agricultura Tropical (CIAT) de Colombia, los investigadores del IRD demostraron que una molécula química llamada O-caffeoylserine es secretada por la cochinilla y reconocida cuando la avispa entra en contacto con el insecto.

Búsqueda de concentraciones adecuadas

Los investigadores estudiaron el comportamiento de las avispas en un experimento en el que colocaron pacas diminutas de algodón, simulando ser el cuerpo de la cochinilla. Algunas pacas fueron rociadas por un simple solvente y otras con la molécula química. Las avispas no reconocieron a las primeras y, por el contrario, palparon a las segundas y trataron de introducir su órgano de postura.

Mediante estos señuelos, los investigadores lograron determinar las concentraciones a las que el éster (mólecula química) resulta más atractiva. El «ritual» de reconocimiento se observó en concentraciones de entre 0.015 nmol/mg y 0.03 nmol y, concretamente, aunque la postura se realiza en pocas ocasiones, ésta se da sólo en concentraciones de 0.03 nmol/mg.

El descubrimiento de esta sustancia constituye un paso importante en la implementación de un método más eficaz de lucha biológica contra el depredador de la yuca. La sustancia o molécula química puede tener 2 acciones sobre la cochinilla: por un lado, funciona como un proceso de endurecimiento y de coloración del caparazón del insecto y, por otro, sirve como protector frente a bacterias y virus.

Sin embargo, el efecto perverso para la cochinilla consiste en que la sustancia es primordial para que la avispa la reconozca. De esta manera, los estudios científicos revelaron que un parásito es más eficaz si ha estado en contacto con su hospedero o con una sustancia por él sintetizada.

La conclusión consiste en que si las avispas entraran de manera artificial en contacto con la sustancia (por ejemplo insectarios), podrían llegar a invadir más rápidamente a las cochinillas y el ser humano sería el ganador de la guerra contra este depredador de la yuca.

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