Biotecnología

Mariguana transgénica

La prensa latinoamericana ha dado cuenta desde hace algún tiempo de la aparición de una variedad nueva de cannabis. El diario El Observador de Montevideo la describe como una especie que se puede fumar con facilidad en lugares abiertos, pues no posee el olor característico de la hierba tradicional, y tiene, en cambio, un aroma a menta.

De acuerdo con las fuentes periodísticas citadas, esta “mariguana transgénica” tiene además una concentración más elevada de delta-9-tetrahidrocanabinol (THC), el principio activo, lo que la hace hasta cinco veces más potente. Al parecer, proviene de Paraguay, desde donde se distribuye a naciones vecinas, como Argentina, Brasil y Uruguay, donde ya se ha detectado y decomisado, lo cual indica que se ha iniciado su consumo.

Pero Sudamérica no parece ser el único lugar en el que las nuevas variedades genéticas de la mariguana comienzan a crearse y difundirse. A finales del año pasado surgió una noticia desde México que pasó casi inadvertida, al menos en nuestro país, a pesar de que la fuente es digna de todo crédito: el general de división Manuel García, encargado del operativo militar contra el narcotráfico en Michoacán, anunció al mundo que los traficantes mexicanos han creado una cannabis genéticamente modificada.

De acuerdo con el general García, se trata de una variedad resistente a herbicidas, por lo que su destrucción a través de los medios convencionales (rociar los plantíos con venenos desde el aire) resulta muy difícil. Se trata de una planta pequeña que apenas alcanza el metro o metro y medio (la tradicional llega a alcanzar hasta tres metros de altura), lo que dificulta su detección. Su tamaño permite mayor rendimiento, pues la superficie necesaria para su cultivo es menor. La producción que antes requería, de cuatro o cinco hectáreas, se reduce a la superficie de una cancha de futbol. El ciclo de la planta (siembra y cosecha) también es menor, lo que muestra una capacidad de producción tremenda. También la potencia de su efecto es mayor (tomo las declaraciones del general García de un despacho de la AFP, fechado el 21 de diciembre de 2006).

No sabemos si se trata de la misma variedad “transgénica” que la sudamericana, pero sería fácil averiguarlo si se pregunta a los soldados y generales que participan —sin protección alguna— en las quemas de la hierba decomisada, si la nueva planta mexicana huele a menta… Aunque pudiera especularse que se trata de variedades diferentes, ello revelaría que existe una competencia entre los carteles de la droga en el terreno científico. Éste es un punto importante, pues el general García dijo además que para su producción se requiere personal calificado, como químicos y biólogos.

He utilizado las comillas para referirme a la “mariguana transgénica”, pues la modificación genética de una planta puede ser el resultado de múltiples cruzas entre variedades naturales. Pero lo que entendemos en la actualidad por plantas transgénicas (sin comillas) se basa en la modificación de un organismo vegetal por la introducción de genes que lo dotan de características especiales. Si las propiedades de las nuevas variedades de cannabis son el resultado de la introducción deliberada de genes, entonces estaríamos ante una modernización del narcotráfico, que destinaría una parte de sus cuantiosos recursos a la investigación, ya que se requieren, como señaló el general García, laboratorios y personal altamente especializado. Curiosamente, para resolver este dilema se necesita de la ciencia, que podría ayudar a determinar el origen de las nuevas variedades.

Pero, más allá de las notas de prensa, no encontré, para la elaboración de este texto, ningún artículo científico que demuestre la existencia de una mariguana transgénica. Así, es probable que no sea cierto; puede ser un mito. No obstante, tratándose de una sustancia prohibida como el THC es difícil esperar que algún grupo científico se adjudique el mérito de un descubrimiento de tal magnitud. De confirmarse la existencia de una cannabis genéticamente modificada, el narcotráfico estaría aportando involuntariamente nuevas herramientas a la investigación. Simplemente habría que pensar en las posibilidades del THC en el tratamiento de numerosas enfermedades.

Una mariguana transgénica entraría en otro debate. No están claros los efectos nocivos de los organismos genéticamente modificados sobre el medio ambiente y la salud. Los genes introducidos a la cannabis pueden contaminar a otras especies vegetales con resultados impredecibles. Frente al narcotráfico no existe posibilidad de control. Y en el campo de la salud, ya de por sí algunos sectores (aunque no todos) consideran nociva a la mariguana. Debido a la prohibición, sería ingenuo pensar que se pudiera contar con una droga etiquetada, como se pide que ocurra con las papas o los jitomates.

No sabemos nada acerca de los efectos de una mariguana transgénica sobre el organismo. La solución sería la legalización de las drogas, con lo que se lograría, simultáneamente, acabar con el narcotráfico, así como regular la producción y distribución de sustancias que garanticen la protección de la salud y el medio ambiente.

Fuente: La Jornada

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin