La semilla es considerada el insumo principal de la siembra y el vehículo de muchas de las más importantes y revolucionarias tecnologías que han transformado la agricultura y que determinarán su futuro en el siglo XXI.
La evolución de la industria de las semillas involucra el desarrollo de tecnología y productos de vanguardia para contribuir al progreso y bienestar socioeconómico de los diferentes sectores que componen al agro.
Los nuevos cultivos están diseñados para crecer más deprisa, producir más y soportar cambios drásticos de ambiente y clima. En entrevista con 2000Agro, el presidente de la Asociación Mexicana de Semilleros (AMSAC), Isidoro Treviño Cárdenas, sostuvo que a través del tiempo, el proceso de mejoramiento de las semillas se ha desarrollado básicamente en tres etapas:
• Aumento del rendimiento de los cultivos. En esta fase se realizaron múltiples cruzas y se seleccionaron las que aparentemente producían más por unidad de superficie. La agricultura enfrenta como principal reto el producir suficientes alimentos para la creciente población mundial.
• Incremento de la resistencia a enfermedades. Los fitogeneradores enfocaron sus esfuerzos en desarrollar la sanidad de los cultivos. La investigación y la innovación en este campo persisten y han conducido al auge de la biotecnología, aunque también muchas de las cruzas se han obtenido por genética tradicional.
No obstante, en esta etapa continúa el desarrollo de proyectos y permanece la búsqueda con el fin de resolver los problemas fitopatológicos que afectan a los cultivos. En este sentido –aseguró Treviño–, la biotecnología ha contribuido de forma eficaz en la solución de problemas que la genética tradicional no pudo resolver y así obtener variedades más resistentes o tolerantes a hongos y bacterias que anteriormente hubieran terminado con un cultivo.
La ingeniería genética ha abierto una nueva era en la historia del mejoramiento de plantas, ya que se trata de una serie de técnicas que permiten aislar y manipular genes en el laboratorio, para después insertarlos en otro organismo.
Se han obtenido éxitos notables en la identificación de genes útiles como los que confieren tolerancia a herbicidas, resistencia a insectos y virus.
• Mejoramiento de la calidad. Los más recientes proyectos de desarrollo de los genetistas van dirigidos a mejorar la calidad de las semillas. El concepto calidad es entendido como la búsqueda de mayores nutrientes en las semillas, es decir, que éstas contengan determinadas proteínas, aminoácidos esenciales, enzimas, lípidos y grasas que contribuyan a mejorar la calidad de la alimentación.
Otra vertiente de la calidad se dirige hacia la introducción de vacunas en los alimentos. De igual manera se están buscando genes que aumenten el rendimiento y proporcionen tolerancia al estrés a aquellos cultivos sometidos a condiciones extremas, como plantas de maíz altamente rendidoras en climas áridos y condiciones adversas.
Innovación semillera
La investigación y la innovación en semillas la encabezan las grandes compañías agropecuarias y químicas, que atienden básicamente tres ramos de la industria de semillas: forrajeras, agronómicas (maíz, sorgo, sojas) y hortalizas (tomates, papas).
Aunque en los tres segmentos se han presentado numerosos avances, el ramo hortalizas es el que más productos, sobre todo transgénicos, ha desarrollado. A continuación se citan algunos ejemplos:
Tomates de larga vida
El tomate transgénico «Flavr Savr» de la compañía Calgene, fue la primera variedad transgénica cuya venta fue autorizada en México. Este gen transferido inhibe una sustancia que induce la maduración del fruto por lo que aumenta su resistencia poscosecha.
Papas resistentes
Las papas con resistencia al virus x o y fueron desarrolladas por el Cinvestav en conjunto con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) al introducir un gen, donado por Monsanto, de la cápside del virus x o y que le confiere a la planta resistencia a él (aunque aún se desconoce su mecanismo de acción).
Tomate tipo saladet
De crecimiento indeterminado capaz de cumplir las expectativas de agricultores altamente tecnificados que buscan un material de suprema calidad y excelente comportamiento para su producción a campo abierto. Este híbrido llamado actualmente STM 8902 y producido por la compañía Sakata, posee una planta muy vigorosa que permite cubrir los frutos contra el daño del sol, incluso si se le practica una poda al tallo. La distribución de racimos es consistente a lo largo de la planta y cada uno de ellos produce frutos de calidad superior.
Sandías perfectas
La compañía española Western Seed desarrolló dos tipos de sandías: Sugar Hill, planta con hojas color verde intenso, muy productiva. Fruto perfectamente redondo. Color del fruto: verde claro con estrías más oscuras. El color de la carne es rojo intenso, con un 13 por ciento de azúcar. Peso de seis a ocho kilogramos. Su producción se origina 80 días después de plantada y es resistente a la Antracnosis de la sandía.
La segunda variedad es la W613, híbrido de frutos de forma oval, con un peso medio de cuatro a cinco kilogramos, corteza color verde claro con estrías verde oscuras. Fruto sin semillas con un alto contenido de azúcares y pulpa de color rojo intenso.
Chiles picosos
El jalapeño SPP 7603, también producido por Sakata, cuenta con una admirable precocidad, frutos de tamaños grandes y de color verde oscuro brilloso muy adecuados tanto para mercado fresco como de proceso. Este jalapeño tiene una extraordinaria tolerancia a la coloración púrpura en los frutos ocasionada por los rayos del sol, además su resistencia a tres razas de la bacteria Xanthomonas lo hace adaptable a condiciones muy húmedas. Los chiles anchos SPP 7501 y SPP 7502 han revolucionado el mercado por su alto valor productivo, frutos de tamaños extragrandes y uniformes de color verde atractivo brillante en su estado fresco y color rojo intenso para mercado de secado.
Pepinos
El pepino Idafe, de Western Seed, es un híbrido partenocárpico con alta uniformidad de sus frutos. Su floración permite una alta regularidad en el manejo del cultivo así como en su recolección. Planta de buen desarrollo vegetativo y bien adaptada a las siembras tanto tempranas como tardías. Vigor moderado en su brotación lateral sin rebrotes de tallos una vez eliminados en la poda. Tiene una gran capacidad productiva y una alta precocidad. Es resistente al Cladosporium cucumerinum y al Corynespora melonis.
Maíz y alfalfa
Sakata de México actualmente trabaja en el desarrollo de nuevos genotipos de maíz y alfalfa para condiciones de temporal. Asimismo, desarrolla variedades de alfalfa de alta calidad nutritiva.
Salomé Salinas, investigador del área de desarrollo de la compañía, declaró a 2000Agro que existe un segmento de los productores agropecuarios de México que no tienen acceso a agua de riego. El empleo de variedades mejoradas para condiciones de temporal les permitirá obtener mayores rendimientos de grano o forraje, en comparación con las variedades tradicionales. Salinas adelantó que será durante el presente año cuando se instalen parcelas demostrativas que revelen el comportamiento productivo de estos nuevos genotipos.
Investigación
En México existen diversas universidades que trabajan en proyectos de mejoramiento de semillas. Institutos de investigación como la Universidad Autónoma Chapingo, el Tec de Monterrey, la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, en Saltillo, la Universidad de Guadalajara (UdG) y algunas otras, investigan y estudian las posibilidades para favorecer el mejoramiento de los cultivos.
Existe una amplia gama de productos para satisfacer el mercado de semillas, las cuales cada vez son más exigentes debido a las altas expectativas de los diversos sectores del agro.
Pese a que los avances se han dado prácticamente en todos los cultivos, el proceso de introducción de los mismos, especialmente las semillas transgénicas, no ha sido sencillo. En un principio, la gente manifestó un alto grado de resistencia al cambio y rechazó las nuevas tecnologías.
En la actualidad –consideró el presidente de la AMSAC– es más sencillo introducir nuevas variedades de semillas que hace 40 años. El trabajo de las grandes compañías ha contribuido notoriamente en este aspecto.
No obstante, Treviño admitió que en México existen dos clases de agricultores: aquellos que tienen posibilidades de adquirir lo mejor de la tecnología, y los que por cuestiones monetarias y por falta de conocimiento no tienen acceso a las numerosas posibilidades que ofrecen las innovaciones tecnológicas.
