Biotecnología

Semillas, pilar de la alimentación mundial

Comunidad científica urge asegurar variabilidad genética de cultivos tradicionales

semillas-pilarEn el mundo hay alrededor de 400 mil especies botánicas diferenciadas y de ellas unas siete mil son plantas comestibles, según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Sin embargo, apenas 30 cultivos cubren el 95 por ciento de la dieta global, sostenida sobre tres pilares básicos: el trigo, maíz y arroz, los tres principales cereales domesticados por el hombre, proporcionan la mitad del aporte energético diario a la población mundial. En Norteamérica y Europa Occidental el trigo representa una quinta parte de las calorías ingeridas.

En el último siglo han desaparecido de los campos al menos tres cuartas partes de las variantes botánicas cultivadas. Lo que hoy siembra y cosecha la agricultura comercial de gran consumo en todo el mundo es una pequeña muestra de las 200 mil variedades de arroz existentes, 125 mil de trigo, más de 30 mil de maíz, cuatro mil 500 clases de patatas, dos mil 500 de zanahorias, al menos mil 400 tipos de bananas o tres mil de cocos, por citar solo algunos ejemplos.

La uniformidad ha empezado a pasar factura, los cultivos se han vuelto más vulnerables a las plagas, las cuales se han inmunizado frente a pesticidas y herbicidas, los suelos se agotan a ritmo acelerado. Problemas serios agravados por el aumento récord de las temperaturas y el azote alterno de sequías e inundaciones, fruto de anomalías en los patrones de lluvias en todas las regiones.

En ese contexto de incertidumbre, al cual deben agregarse los desastres naturales y las crisis humanitarias recurrentes, los bancos de semillas aparecen como una póliza de seguros a todo riesgo. Hay más de mil 750 repositorios de germoplasma repartidos por el mundo, de acuerdo con cifras de la FAO de 2014, que almacenan un total de 7.5 millones de muestras fitogenéticas, aunque un buen número están duplicadas. El tamaño de las colecciones difiere mucho, así como las condiciones en las que operan, pero sus cámaras frigoríficas custodian semillas y material vegetativo de los principales cultivos de alimentación humana y animal.

Entre ellos variantes tradicionales o locales de corta distribución, infrautilizadas y conocidas solo por el campesinado, y también de especies silvestres emparentadas. Constituyen un acervo de rasgos genéticos de valor incalculable. Son especies adaptadas de manera natural al estrés hídrico, que conservan en su ADN defensas evolutivas contra determinadas plagas y a menudo con valor nutritivo superior al de las variedades industriales que llegan a nuestras mesas.

En los últimos años instituciones de todo el mundo se movilizan para apuntalar el futuro alimentario colectivo. Conservar la diversidad genética es clave, aunque la receta exige ingredientes adicionales: investigación, gestión agraria eficaz y acabar con el desperdicio de alimentos a escala mundial.

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