Biotecnología

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Con una planta de 95 investigadores en 14 oficinas en el mundo, el CIMMYT desarrolla investigaciones para el mejoramiento del maíz y el trigo, ya que ambos cultivos dan origen a cerca de 40 por ciento de los alimentos del mundo.

Mike Listman, jefe de Comunicación Corporativa, señaló que el Banco de Germoplasma del CIMMYT contiene la colección más grande de razas y variedades de maíz y trigo. Posee 26 mil muestras de semilla de razas indígenas de maíz y de parientes silvestres, como el teocintle, además de variedades mejoradas o híbridas, que representan 95 por ciento de la diversidad del maíz en América. De las colecciones de las llamadas razas indígenas (que son más antiguas), alrededor de diez mil son de México y representan a 57 razas.

El banco de germoplasma contiene, además, 150 mil muestras de semilla de trigo de 100 países, y es la colección más grande del mundo para un solo cultivo.

“La misión del CIMMYT es realizar investigación científica para ayudar a mejorar la vida de las personas en los países en desarrollo”, expresó Listman.

Se hacen investigaciones científicas sólidas y asociaciones colaborativas para generar, compartir y aplicar conocimientos y tecnologías que aumenten la seguridad alimentaria, mejoren la productividad agrícola y conserven los recursos naturales, incluidos los recursos genéticos”, añadió.

Otra labor del CIMMYT, refirió por su parte Víctor Chávez, uno de los responsables del banco de germoplasma, es la colecta de muestras de semillas criollas o nativas para incorporarlas al acervo y hacer mejoras genéticas.

En la actualidad se ha “muestreado” aproximadamente una cuarta parte del país, aunque aclaró que no en todo el territorio nacional hay muestras; son los casos de Sinaloa y Sonora, donde están más tecnificadas y predominan los cultivos híbridos.

Señaló que en el país, el maíz criollo está siendo desplazado por híbridos generados por empresas como Pinoeer, Monsanto y Cargill.

“Hay un desplazamiento del maíz criollo porque con ese tipo de semilla el agricultor cosecha dos toneladas por hectárea, y con un híbrido puede levantar ocho o nueve toneladas.

“No se aprovecha la diversidad de maíces criollos porque las compañías transnacionales y nacionales lo que buscan es dinero, no les preocupa si desplazan a un criollo o no, lo que quieren es vender su semilla; y al agricultor, que es de lo más mal pagado cuando debería ser el sector más rico porque provee alimentos, lo que quiere es rendimiento, y si un maíz se adapta a su zona y es rentable, va a dejar a un lado el maíz criollo y va a usar híbrido”, dijo.

Para aminorar ese desplazamiento y promover la conservación in situ del maíz criollo, el CIMMYT genera los llamados pool (núcleo o acervo genético), que son recombinaciones de diversas razas para tener más rendimiento.

Chávez señaló que “el maíz que llevamos a los agricultores, tratamos de que salvaguarde todas las características posibles del maíz que ellos utilizan”.

Explicó que para generar un pool “se juntan los maíces criollos procedentes de zonas similares, se siembran, se mide altura y se determinan otras características. Una vez caracterizados, se dividen en maíces precoces, intermedios y tardíos, y luego se agrupan por color”.

Ya clasificados, abundó el especialista, se hace una recombinación, es decir, se hacen cruzas entre todos para obtener maíces con más diversidad. Ese maíz será sembrado para, en la cosecha, hacer un proceso de selección de las mejores mazorcas que serán el pool. Para generar un nuevo pool se requieren tres años.

“La ventaja del pool es que, al estar recombinado con varios maíces de diferentes lugares, se adaptan a diferentes zonas y temperaturas; en cambio un híbrido está generado específicamente para una zona, si lo sacas de ahí ya no sirve, ya no produce”, señaló Chávez.

Fuente: La Crónica de Hoy

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