Biotecnología

Transgénicos combaten el hambre

Los cultivos transgénicos están ayudando a reducir la pérdida de alimentos

Actualmente la agricultura enfrenta un desafío enorme, el cual consiste en aumentar en 70 por ciento la producción de alimentos para el año 2050, y esto se debe a que la población global alcanzará los 9.6 mil millones de habitantes y los efectos del cambios climático serán cada vez más severos en la producción agrícola. Es por esto que debemos utilizar todas las herramientas disponibles para alcanzar tal objetivo con el menor impacto ambiental posible.

Sin embargo, un problema que afecta constantemente la seguridad alimentaria global es la pérdida de alimentos en sus distintas etapas de producción, desde la siembra, pasando por el crecimiento del cultivo, cosecha, almacenamiento, transporte, y venta final en el anaquel de supermercados o ferias. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), anualmente se pierde hasta un tercio de los alimentos antes de que lleguen a ser consumidos, lo cual equivale a 1.3 mil millones de toneladas de comida. Estas pérdidas en alimentos cuestan unos 680 mil millones de dólares en los países industrializados y 310 mil millones de dólares a los países en desarrollo anualmente.

Para reducir este problema, la FAO recomienda sistemas de producción sostenible de alimentos y que las medidas para la reducción de pérdidas sean ambientalmente amigables y que fomenten seguridad alimentaria y nutricional. En este sentido, la biotecnología y los cultivos transgénicos ya han hecho un aporte significativo desde que inició su comercialización en 1996.

Los principales tipos de cultivos transgénicos a nivel comercial portan los rasgos de resistencia a insectos y/o tolerancia a herbicidas, lo cual permite reducir las pérdidas por plagas, y tener un mejor control de malezas, aumentando el rendimiento agrícola final. En el caso de cultivos Bt (resistentes a insectos) se reducen también las pérdidas por micotoxinas en el grano cosechado. En cultivos convencionales, principalmente maíz, deben desecharse miles de toneladas contaminadas por hongos que se desarrollan en las mazorcas luego del ataque de insectos lepidópteros.

De hecho, los cultivos transgénicos han permitido aumentar el rendimiento en un 22 por ciento en promedio, y entre 1996 y 2014 aumentaron la producción mundial en 158.4 millones de toneladas de soya y 321.8 millones de toneladas de maíz, además de un adicional de 24.7 millones de toneladas de fibra de algodón y 9.2 millones de toneladas de canola.

Nuevos cultivos transgénicos en desarrollo para tolerancia a sequía, resistencia a patógenos o mejor uso del nitrógeno del suelo pueden ayudar a mejorar aún más la producción de alimentos en las etapas que van desde la siembra hasta la cosecha y almacenamiento, donde ocurren las mayores pérdidas en los países en desarrollo.

Por otro lado, hay nuevos cultivos transgénicos en desarrollo que evitan las pérdidas en las etapas de almacenamiento de granos, transporte y venta, esta última etapa es donde ocurren las mayores pérdidas en los países de ingresos medios y altos.

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