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Inicia el Foro Global Agroalimentario en León, Guanajuato

Convoca titular de Agricultura a reducir asimetrías en el sector agroalimentario mexicano, sin perder competitividad

León, Guanajuato, 26 de septiembre de 2019.— El Foro Global Agroalimentario 2019, “El futuro es hoy”, el encuentro más importante en México y Latinoamérica sobre las perspectivas y tendencias de este sector productivo, se inauguró en el Poliforum de León, en el estado de Guanajuato.

Al participar en el Foro Global Agroalimentario 2019, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, puntualizó que el gobierno de México “respalda y respaldará a los sectores más competitivos que han convertido al país en una potencia agroexportadora, pero tiene el imperativo moral de apoyar más a quienes han sido excluidos”.

Subrayó que ha sido relevante que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y representantes del sector agroalimentario nacional —como el Consejo Nacional Agropecuario (CNA)— participen en expresiones de colaboración y compromiso “porque sin resolver juntos el tema de la pobreza en que viven millones de personas es muy difícil alcanzar un desarrollo armónico”.

Sabemos, expuso el titular de la Sader, que en el país el sector agroalimentario más avanzado ha demostrado su capacidad para convertirse en fuente del crecimiento económico, con una plataforma de exportación generadora de importantes ingresos, y que es altamente productivo y competitivo a escala global.

Aseguró que el campo mexicano es fuerte y su potencial lo es más, pero, dijo, tenemos que prepararnos para enfrentar los desafíos y retos del sector y fortalecer nuestra posición internacional: somos la undécima potencia en la producción mundial de alimentos, de cultivos agrícolas y de ganadería primaria, y nos situamos en el lugar 17 entre los países que tienen más producción pesquera y acuícola.

Detalló que, en el subsector agrícola, México ocupa los tres primeros lugares a escala internacional en la producción de aguacate, zarzamora, limón, chile verde, espárragos, nuez, fresa y papaya; en el pecuario, somos el cuarto productor mundial de huevo para plato y el sexto de carne en canal de ave y de bovino, y en el pesquero, el país es uno de los líderes mundiales en producción de camarón y pulpo.

Sin embargo, ante esta realidad productiva no se puede pasar por alto el que a consecuencia de políticas públicas de las últimas décadas México se convirtió en la principal nación importadora de varios productos básicos, entre ellos el maíz: “Distinción lamentable si se considera que somos centro de origen, domesticación y fuente de riqueza y diversidad genética de esta especie, base de la alimentación de los mexicanos”, recalcó Víctor Villalobos Arámbula.

De igual manera, acotó, para 2016 éramos ya el segundo país importador de leche y el tercero de carne de cerdo, y en 2017 habíamos importado 31.2 millones de toneladas de granos, de los que 47 por ciento fue de maíz, 14.2 de trigo y 3.5 de arroz.

Con base en el potencial y valor de nuestras agroexportaciones somos beneficiarios de una balanza comercial agropecuaria y agroindustrial superavitaria, que en los primeros siete meses del año fue de seis mil 688 millones de dólares, abundó.

Sin embargo, puntualizó que mientras la alimentación de la mayoría de los mexicanos y sus familias continúe dependiendo de importaciones no habremos resuelto el tema de la seguridad alimentaria con soberanía.

Ante el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez; el presidente del CNA, Bosco de la Vega, y representantes de organismos de productores y empresas de los sectores agrícola, pecuario, agroindustrial, financiamiento y de servicios al campo, Villalobos Arámbula lanzó el exhorto para trabajar para que “no haya hambre en México”.

Nadie puede negar la importancia y la presencia nacional, y en muchos casos global, de quienes integran el CNA, cuya conformación plural y representatividad e influencia económica, tanto en la producción de bienes como en la generación de ingreso y de empleos, son evidentes, por lo que “en consecuencia, su compromiso con el desarrollo nacional también es más amplio y reconocido”, apuntó el secretario de Agricultura.

“Sabemos —refirió— que muchos están realizando un gran esfuerzo para asumir una mayor responsabilidad social; esto es de agradecerse, porque sin duda su impacto en beneficio del país y sus habitantes será proporcional a su importancia como organismo empresarial.”

“Debo reconocer la buena disposición que he encontrado en gran parte de nuestros agroempresarios para apoyar las tareas de este gobierno.” Una colaboración que se ha expresado, por ejemplo, en la negociación de un nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, buscando un comercio justo entre nuestros países, basado en reglas claras.

También, en el Acuerdo Nacional para la Autosuficiencia Alimentaria suscrito con representantes de sectores productivos y agroindustriales —que permitirá impulsar la producción primaria y su productividad, así como los procesos de agregación de valor, para propiciar un cambio tecnológico orientado a sistemas sustentables de producción— o en la participación en el Consejo para el Fomento de la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico, citó el titular de Agricultura.

Por otra parte, comentó que para alcanzar la autosuficiencia alimentaria se debe incrementar nuestra productividad, donde la acción de los programas de apoyo que ejecuta este gobierno debe estar acompañada de más inversión privada y que el conocimiento y la tecnología lleguen a todo tipo de productores.

Advirtió también que como sociedad debemos abordar cómo lograr que el desarrollo presente no se haga a costa del futuro; “es decir, ¿cómo podemos producir más y mejor, de una manera sustentable?”.

La productividad debe permitir hacer un menor uso de los recursos como el suelo y el agua: “produciendo más toneladas por hectárea y con menos agua”, mencionó.

En el cierre de su intervención, el secretario Víctor Villalobos informó las grandes premisas de la política para el campo: 1. Una producción de alimentos para la autosuficiencia alimentaria y el bienestar; 2. Al desarrollo del campo todos contribuyen, nadie queda fuera, nadie queda atrás; 3. La transición hacia una agricultura sostenible para el bienestar presente y futuro, y 4. Recuperar al Estado como rector de la política agroalimentaria para el desarrollo con justicia y bienestar.

En cuanto a la actuación de las instituciones del sector coordinadas por la Sader, afirmó que es de certidumbre y transparencia en la aplicación de políticas, apoyos y subsidios; incrementar la inversión en ciencia, innovación y transferencia de tecnología; fomentar alianzas público-privadas, y posicionar más eficientemente a los productos mexicanos en los mercados internacionales.

“Estamos inmersos en una reorganización interna para utilizar mejor las capacidades instaladas y la experiencia acumulada de nuestros técnicos. Además, estamos diseñando diversas estrategias que nos permitan coordinar el trabajo con otras dependencias que trabajan en el campo”, sentenció.

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