Floricultura

Colombia, un modelo de experiencia en la industria florícola

José Luis Martínez

En los últimos años, la producción florícola en Colombia se ha convertido en un modelo interesante de cómo un cultivo de consumo local puede ser llevado al resto del mundo de manera exitosa, con la peculiaridad de que no se trata de un producto de primera necesidad. La producción de cultivos de ornato ocupa desde hace algunos años el segundo lugar en exportaciones agrícolas no tradicionales (café) y además se le destina la menor extensión de tierra de cultivo.

Para 2009, Colombia envió mil 300 millones de flores al mundo, principalmente a EEUU (76%), seguidos por Rusia, Reino Unido, Japón y Holanda, pese a enfrentar años difíciles en su contexto económico. Por toda esta experiencia, el modelo del país cafetalero puede resultar interesante para los productores mexicanos, pues su mercado interno es enorme, pero apenas y pinta en el sector exportador.

Sobre el tema, Pedro Vázquez, ingeniero industrial de la Universidad INCCA de Colombia, habló con 2000 Agro.

“Fueron siete años de crisis verdadera, donde se perdieron muchas plazas por una burbuja que fue creciendo sin control, sin analizar mercados, sin medir estudios y creció porque sencillamente el negocio era bueno desde el punto de vista cambiario, porque los clientes estaban ávidos de más producto y el negocio crecía y crecía y crecía. Pero llegó un momento en que se saturó el mercado en EEUU con la entrada de USA Floral Products, Inc. y otras empresas, todo se tornó crítico”, describe.

“Partiendo de que somos pueblos hermanos, hay muchas similitudes en la industria florícola con México, de pronto las diferencias se marcan precisamente por las experiencias vividas a través de la crisis. En Colombia nos obligó a profesionalizarnos, a tecnificarnos al máximo. Entonces ese tipo de cosas enriquecen, porque de las grandes necesidades salen las grandes soluciones”, explicó luego que en la segunda mitad de la década pasada la industria de su país viviera un bache por problemas con su tipo de cambio y corrupción en la entrega de recursos a los productores.

“Yo diría que la industria en México tiene un doble potencial, porque tienen primero un mercado local que es muy grande (90 por ciento según estimaciones). Pero en las estadísticas no aparecen exportando flores. Es muy poquito, muy insignificante, pero podrían tener una participación muy importante del pastel de la exportación.

“Yo creo que México tiene todo por hacer. Es más, en una entrevista dije que tal vez el temor que yo tengo es que México se tecnifique porque es el destino natural para vender flores vía terrestre y marítima a EEUU. Nosotros tenemos que usar transporte aéreo, muy costoso, entonces son ventajas gigantes y somos países que buscamos un apoyo mutuo en el crecimiento. Aquí no hay secretos, es el compendio de los secretos para crecer”, agregó el especialista con 35 años de experiencia en este mercado.

Sobre la situación actual de la producción de flores en nuestro país, el entrevistado señala: “Tuve la oportunidad de conocer los cultivos unos tres años atrás y me doy cuenta que están haciendo las cosas bien, hay mucho floricultor ya muy profesional, haciendo agroindustria, que eso es lo que se necesita. Van bien, tal vez falta buscar la parte asociativa, esa agremiación como sector, como profesionales, como productores en general y tener dominio del mercado.

“Para ir al resto del mundo, les falta ‘organizar la maleta’, ya están listos, es cuestión de organizarse un poquito, pero creo que ya están listos. Están iniciando y lo que tienen es fortalecerse como una asociación y lo que estamos tratando ahorita de implementar en Colombia es incluir a los sectores que constituyen la cadena productiva. En Colombia lo último que se ha hecho es la Cadena Productiva de Flores, que es Caproflor y esto agremia tanto a los proveedores, como a los clientes, como a los productores”, concluye.

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