Luis Pérez Romero forma parte de la cuarta generación de productores de plantas de ornato que buscan frenar la mancha urbana trabajando la tierra
Ciudad de México, 12 de noviembre de 2021.— En la zona chinampera de San Luis Tlaxialtemalco, en Xochimilco, concluyó la temporada de cempasúchil e inició la producción de nochebuena, plantas que para el productor Luis Pérez Romero han representado durante 25 años la “Estrella de Navidad”, símbolo de reflexión y esperanza.
“Me encanta trabajar en el campo, disfruto estar aquí, el ver cómo se procesa una semilla hasta terminar, como en el caso del cempasúchil y ahora con la nochebuena. Nos permite conservar nuestra zona, aquí es un área natural protegida y tenemos que cuidar esta parte ya que es un pulmón de la ciudad, si nosotros como campesinos no seguimos trabajando estas tierras, la mancha urbana va a seguir creciendo”, expresa Luis Pérez mientras limpia cada tallo.
Asegura que del campo ha aprendido a respetar toda forma de vida, “todos aquí somos seres vivos, todas mis plantas son seres vivos, son seres que quiero, desde que llegan al momento de ser una semilla, un esqueje o una plántula hasta verlas crecer, luego sigues con los animalitos y con las personas, creo (que el campo) me ha ayudado a ser una mejor persona”.
Desde el vivero “Madero”, rodeado por más de cuatro mil flores de nochebuena cultivadas para esta temporada decembrina, Pérez Romero platica que forma parte de la cuarta generación de productores de plantas de ornato: “En el caso de mi abuelo verlo trabajar todos los días y el empeño que le dedicaba a sus chinampas es motivo de orgullo; creo que es de quien aprendimos el amor a la tierra, conocer sus historias y lo que él vivió aquí, nos contaba que llevaba verduras en canoas desde Xochimilco hasta Jamaica, por Canal de la Viga con su hermano mayor. Mi papá hizo el cambio hacía ornamentales y prácticamente toda la vida hemos trabajado aquí, en el campo de lleno ya son 25 años trabajando aquí, todos los días.”
Luis cursó la licenciatura en Administración Industrial, en el Instituto Politécnico Nacional, y comenta que del campo salió para la escuela, para concluir la universidad; sin embargo, el trabajo como productor simple y sencillamente lo lleva en la sangre: “Es un orgullo, mucha satisfacción seguir contribuyendo a la conservación de la zona, a la preservación de la cultura del chinampero, hemos ido avanzando conforme pasa el tiempo, antes se cultivaba de forma más rudimentaria y ahora ya metemos un poquito más de tecnología, de algunas cuestiones un poco más especializadas. Es un trabajo que me ha permitido ir creciendo a lo largo del tiempo, porque para trabajar en el campo hay que aprender todos los días, aquí no se deja de aprender, siempre hay algo nuevo, hay algo diferente que se puede aprender.”
Del cultivo de la nochebuena reconoce que ha aprendido mucho durante 25 años. Hoy sabe que hay una variedad en tonos de flor de nochebuena: “blancos, rojos, amarillos, color naranja, betabel y se dividen en diferentes categorías como subdiji, freedom, prestige. Aquí las (flores) que se cultivan en Xochimilco pueden durar hasta febrero, más o menos, con los cuidados de riego cada tercer día y con horas de sol”.
Por ello, invita a las y los capitalinos a conocer los invernaderos de la zona de Xochimilco, y a consumir la flor emblemática de la temporada que es la nochebuena. Explica que al lograr vender el 100 por ciento de su producción, además de garantizar el sustento para seis de las personas que trabajan a su lado, ganará un año más de vida, un año más trabajando el campo de San Luis Tlaxialtemalco, con nuevas experiencias.
