Orgánicos

Alimento ideal con maíz y garbanzo

Investigadores patentan papilla o atole para niños de uno a seis años de edad

Preocupados por la salud infantil y para fomentar el consumo de granos como el garbanzo y el maíz, un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) patentó un alimento tipo papilla o atole para niños de uno a seis años de edad.

Se trata del equipo de investigadores integrado por Roberto Gutiérrez Dorado, Oralia Guadalupe Cárdenas Valenzuela, Claudia Alarcón Valdez, José Antonio Garzón Tiznado, Jorge Milán Carrillo, Eduardo Armienta Aldana y Cuauhtémoc Reyes Moreno. Este último señaló que se trata de un producto llevado a patente debido a que la desnutrición es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en niños en la mayoría de los países en desarrollo.

Se trata además de la línea de investigación a la que los expertos denominaron bioprocesos de alimentos funcionales.

“Tratamos de elaborar estos alimentos a partir de nuestros propios granos: maíz, frijol, amaranto, chía, quinoa, porque son culturas milenarias. Son granos que se sembraban cinco mil años antes de la llegada de los españoles”, argumentó Reyes Moreno.

El equipo propuso la mejor combinación de harina de maíz extruida y harina de garbanzo extruido para producir un alimento infantil de alta calidad proteínica y elevada aceptabilidad sensorial. Buscaron también la evaluación de las propiedades nutricionales de la mezcla optimizada y del alimento elaborado.

“La patente de mezcla de garbanzo con maíz fue una patente de cereal leguminosa para un alimento infantil tipo papilla. Le puedes agregar un poco de vainilla, canela, estevia, miel; lo puedes presentar de muchas maneras para que sea atractivo”, comentó para la Agencia Informativa Conacyt.

Explica que para minimizar las adversidades de la desnutrición se han desarrollado alimentos infantiles suplementarios suministrados a través de programas gubernamentales. Se trata de mezclas de cereales y leguminosas que han sido empleadas en la formulación de alimentos infantiles, como pastas, papillas y galletas.

“Comenzamos a aplicar a granos, como ya se los aplicábamos al maíz, al frijol, al amaranto, a la chía y a la quinoa; procesos más allá del tostado: nixtamalización, extrusión, germinación, fermentación en estado sólido, para producir este tipo de alimento que se supone es el ideal del siglo XXI”, aseveró.

Se trata de alimentos que contengan los nutrimentos que el cuerpo necesita para su desarrollo, crecimiento y mantenimiento; compuestos bioactivos que prevengan contra enfermedades crónico degenerativas, en envases ecológicos, producidos con pocos volúmenes de agua y dirigidos a nichos poblacionales, es decir, que haya alimentos especiales para niños, mujeres, embarazadas, lactantes, personas de la tercera edad; cada nicho poblacional tiene necesidades específicas.

El grupo de expertos argumentó que para la alimentación humana, el maíz es el tercer cereal en importancia, después del trigo y el arroz; sin embargo, posee un contenido proteínico relativamente bajo y una composición de aminoácidos esenciales desfavorable. Presenta deficiencia en lisina y triptófano, además de un desbalance leucina/isoleucina, lo que contribuye a un desarrollo de pelagra, enfermedad que se produce por la deficiencia dietética, o bien por la inadecuada absorción de vitamina B3.

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