Las ganancias del producto oscilan entre los 4 millones de dólares anuales
En Calakmul, Campeche, dio inicio la temporada de aprovechamiento del látex que se extrae del árbol chicozapote (Manilkara zapote), uno de los más abundantes en la entidad y que es aprovechado para la producción del chicle.
Alfonso Valdés Ruiz, uno de los productores con más años en la actividad chiclera e integrante de la cooperativa Chicza, del ejido Nuevo Becal, explica el proceso de elaboración del producto:
Inicia con el calado del árbol chicozapote, a través del escurrimiento por canales conectados.
La resina extraída se coloca en un cazo a fuego lento y con movimientos circulares se realiza la cocción y deshidratación para obtener la goma.
Se deposita en un bastidor de madera y se le da forma.
Se debe esperar un tiempo para su secado y se trasladan los recipientes con el producto a la fábrica para el suavizado, planchado, saborizado y envasado.
Debido a sus estándares internacionales de manejo y cuidado de bosques, el ejido Nuevo Becal recibió de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) la Certificación de Gestión Forestal, luego de cumplir con los requerimientos de los principios y criterios establecidos por el Forest Stewardship Council (FSC) sobre el desempeño ecológico, económico y social de su manejo forestal.
Y por parte de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) los productores han recibido asesoría para buscar nuevos espacios de comercialización y para operar el manejo sustentable de los recursos naturales.
Actualmente se exporta el chicle a Inglaterra, Alemania, Bélgica y Holanda, generándose más de cuatro millones de dólares anuales en ventas. Para 2017 se espera introducir su comercialización en México, Estados Unidos y Canadá.