Orgánicos

Realizan en la ciudad de México feria gastrorgánica “La Buena Comida”

El objetivo es fomentar la buena alimentación basada en comida mexicana pero baja en calorías

Ciudad de México.─ Grupos de pequeños productores de las zonas rurales del Distrito Federal y comunidades de estados vecinos, organizaciones sociales que promueven el comercio justo, pequeños empresarios y comerciantes de productos orgánicos e instituciones enfocadas a combatir la obesidad en la población conjuntaron intereses para fomentar la buena alimentación basada en comida mexicana pero baja en calorías en la primera feria gastrorgánica “La Buena Comida”, realizada este fin de semana en el camellón de la avenida Álvaro Obregón (entre Mérida y Frontera), en la colonia Roma.

Apoyados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el gobierno capitalino, los expositores de la feria, que comenzó el sábado y continuó hasta el domingo, no fueron más de treinta, pero vendieron frutas y verduras orgánicas, huevo, pan, quesos, cereales, arroz, jugos, miel, aceites, aderezos, amaranto y otras semillas, dulces típicos, nieves, y participaron en conferencias y talleres sobre la salud y la alimentación, la cocina tradicional mexicana como patrimonio inmaterial de la humanidad, huertos urbanos, el impacto de la alimentación en la obesidad y la diabetes o el rescate de las chinampas de Xochimilco en la Casa Lamm.

“Tratamos de promover la salud desde la cultura y la tradición gastronómica mexicana quitándole el estigma de que no es saludable. Sí lo es porque además de tener muchas frutas y verduras, hay infinidad de platillos que son muy saludables que utilizan ingredientes usados por siglos.

“La feria estuvo auspiciada por Conaculta a partir de que metimos un proyecto cultural y conjuntamos a productores, organizaciones sociales, pequeños comerciantes que están trabajando por promover la salud, la buena alimentación y el desarrollo sustentable”, aseguró Luis Manuel Encarnación, director de la Fundación Mídete, creada en 2007 para combatir la obesidad en México que se triplicó desde 1980, afectando 70 por ciento de la población.

En la feria participaron desde empresas ya consolidadas en la venta de productos orgánicas como Aires del Campo, pionera en el sector, fundada hace 13 años, con proveedores de todo el país y cuyo éxito propició que Herdez le comprara hace dos años la mitad de sus acciones, comentó Raúl Moreno, gerente de calidad, hasta las tiendas “Lo Dirás de Chía” que un trío de jóvenes fundaron apenas hace seis meses.

Pero también estuvieron presentes pequeños productores como la Cooperativa Tierra Nueva que agrupa unos 50 productores “de traspatio” o que no tienen más de una hectárea de tierra donde cultivan hortalizas, frutas, plantas, dulces típicos, entre otros alimentos, de Milpa Alta, Xochimilco, Tláhuac, Tlalpan, Magdalena Contreras e Iztapalapa, así como municipios mexiquenses y de Morelos. Desde hace cinco años comenzaron a comercializar directamente sus productos bajo el nombre de Casa Verde, sin depender de intermediarios, regenerar sus tierras y al mismo tiempo participar en el Mercado del Trueque, iniciativa del gobierno del Distrito Federal que se lleva a cabo una vez al mes, mediante el cual la gente intercambia productos de reciclaje como vidrio, cartón, aluminio, papel, PET o algunos electrónicos por hortalizas, frutas y plantas, comenta Erick Roberto Izquierdo Gorostiza, fundador de la organización.

Si bien el número de productores, empresas y comercios dedicados a los productos orgánicos reporta un crecimiento en los últimos años, éste se ve limitado por sus mismos precios que llega a duplicar o triplicar el de sus similares que no garantizan que están libres de pesticidas u otros químicos y que se venden en mercados públicos y tiendas de autoservicio.

Pese a ello, el director de la Fundación Mídete sostiene que los productos orgánicos representan una “opción para bajar de peso” aun cuando reconoce que la comida industrializada, como pastelitos, botanas y refrescos son muy baratos y están al alcance de cualquiera.

Con proyectos como la Feria La Buena Comida, pondera, “queremos sensibilizar a la gente de la gran cantidad de azúcar, grasa y sodio que contienen y que afecta la salud” y considera que los costos de los alimentos orgánicos pueden bajar en la medida que se incremente el contacto directo entre productores y consumidores finales, además de los beneficios a la salud y medio ambiente que implica.

Izquierdo Gorostiza, de la Cooperativa Tierra Nueva y biólogo de profesión, sostiene a su vez que si bien los productos orgánicos implican más costos de producción así como gastos extras por los trámites de certificación “no se justifica que se vendan tan caros”. Quizá, dice, es por moda.

Fuente: La Jornada en línea

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