Pecuario y Pesquero

Buscan controlar brotes de influenza aviar en China

Vigilancia, pruebas de laboratorio y limpieza de los mercados son algunos de los esfuerzos para contener el cambiante virus H7N9, según la FAO y la OIE

La resurgencia de un brote de una nueva cepa de influenza aviar que puede ser letal para los seres humanos pone de manifiesto la necesidad de disponer de sistemas de detección y respuesta sólidos y rápidos en la fuente animal para manejar el riesgo asociado con la propagación del virus y su impacto en la salud pública.

Los casos humanos del virus H7N9, detectados por primera vez en China hace cuatro años, han aumentado repentinamente desde diciembre de 2016. A principios de marzo de 2017, se han notificado más casos humanos de influenza A (H7N9) que los causados por otros tipos de virus de la influenza aviar (H5N1, H5N6, etc.) combinados.

Al igual que en episodios anteriores, el historial de la mayoría de los pacientes infectados indica visitas a mercados de aves vivas en China o contacto con aves infectadas. Desde 2013, China ha invertido considerablemente en la vigilancia de los mercados de aves vivas y granjas avícolas. Sin embargo, se ha demostrado que la vigilancia de este virus es particularmente difícil, ya que hasta hace poco tiempo, no había mostrado, o había muy pocos signos, de enfermedad en pollos.

“Teniendo en cuenta el potencial de mutación del virus de la influenza aviar, la vigilancia constante por parte de los servicios veterinarios nacionales de las diferentes cepas que circulan en los animales en su país es esencial para proteger tanto la sanidad animal como la salud humana”, explicó Matthew Stone, director general adjunto de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).

Hasta hace poco, el virus H7N9 había demostrado tener baja patogenicidad, lo que significa que puede causar o no enfermedades leves en las aves de corral. Nuevas pruebas realizadas en la provincia china de Guangdong ahora indican que el virus H7N9, que conserva su capacidad de causar enfermedades graves en los seres humanos, ha pasado a ser de alta patogenicidad en aves de corral, un cambio genético que podría generar un elevado nivel de mortalidad de las aves dentro de un plazo de 48 horas tras la infección. Esta situación podría facilitar la identificación de pollos infectados, y por consiguiente podría facilitar la introducción de medidas de control a nivel de la granja; sin embargo, también aumentaría el riesgo de pérdidas animales y económicas considerables para quienes participan en la producción y el comercio de aves.

La FAO y la OIE hacen hincapié en la importancia de disponer de manera oportuna de toda la información procedente de las actividades de vigilancia en curso e intensificadas en China. Esos datos son esenciales para el esfuerzo mundial coordinado con el fin de comprender todos los tipos de la influenza aviar, así como para estimar el potencial del virus H7N9 para extenderse a lo largo de las diferentes cadenas de valor de las aves de corral o a través del movimiento de aves silvestres.

Las dos organizaciones internacionales instan a los países de la región a estar atentos ante una posible incursión del virus en su forma de baja o alta patogenicidad, y piden que se invierta urgentemente en vigilancia y detección de laboratorio con el objeto de proteger el comercio, incluso transfronterizo.

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