En el reino animal hay grupos de animales que conviven por lazos sanguíneos o por buscar reproducirse
Para los seres humanos, la familia es muy importante, desde el punto de vista cultural como natural. Por definición una familia humana es un grupo de personas formado por individuos unidos por afinidad o consanguinidad. Sin embargo, en el reino animal también hay grupos de animales que conviven por lazos sanguíneos o no o por buscar reproducirse.
Por ejemplo, los albatros de Laysan (Phoebastria immutabilis) son conocidos por recorrer largas distancias, aparearse de por vida y es en la isla de Oahu, Hawái, donde se ha encontrado que una tercera parte de los nidos están conformados por dos hembras. Criar un polluelo albatros es difícil y requiere de los dos padres o madres. En la isla de Oahu el 60 por ciento de los albatros son hembras, lo cual hace que no haya suficientes machos para todos los albatros. Sin embargo esto no implica que ellas no se reproduzcan y que algunas decidan formar nidos entre ellas. Estas hembras tienen 80 por ciento menos crías que sus compañeras en relaciones con un macho. Las hembras albatros se juntan a través de los años, compartiendo el esfuerzo de criar polluelos y acicalándose entre ellas. Estas hembras consiguen ser fertilizadas al aparearse con machos que están en relaciones con otras hembras.
Durante años se había supuesto que las parejas de albatros eran heterosexuales, hasta que Lindsay C. Young de la Universidad de Hawái, decidió hacer análisis genéticos de los albatros, mostrando que una tercera parte de ellos en esta isla son lesbianas.
También en el reino animal hay casos de padres que devoran a sus crías. Un ejemplo de esto es el pez blénido de barbilla barrada o Rhabdoblennius nitidus que vive en los arrecifes de Japón, Malasia y Filipinas. Este comportamiento se conoce como canibalismo filial y generalmente está asociado con la falta de alimento.
Cuando una termita macho no puede encontrar una hembra con la cual construir un nidito, busca un amigo con quien compartir la vida. Este emparejamiento no es motivado por una confusión, ambos machos reconocen que el otro es de su mismo sexo y no tratan de reproducirse entre ellos; es más bien un caso de ayuda mutua.
Aunque el fenómeno de la reproducción es algo que todos los organismos tenemos en común, las formas que toma la reproducción dependen de la especie, el entorno, su historia evolutiva y las circunstancias particulares del individuo.
