Pecuario y Pesquero

Debaten sobre recursos genéticos acuáticos del planeta

La falta de una gestión coherente de los recursos genéticos de la pesca se está convirtiendo en un serio problema, alertó el organismo de la ONU.

“El rápido crecimiento de la acuicultura y la sobreexplotación de las pesquerías han creado una situación en la que el uso irresponsable de los recursos naturales puede tener un impacto negativo a nivel medioambiental y social, crear conflictos intersectoriales y falta de sostenibilidad”, según un documento preparado para la reunión por el Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO.

El informe subraya que el éxito de una transición hacia una pesca y acuicultura más responsables, sostenibles y productivas dependerá en gran medida de una gestión eficaz de los recursos genéticos. Añade que el CRGAA está en posición de señalar el camino para lograrlo.

“Sin embargo, la creciente contribución de la acuicultura al suministro mundial de pescado y los problemas de gestionar con eficacia las poblaciones de peces de captura de especies que no han sido bien estudiadas genéticamente no han sido todavía reconocidos con un incremento de las inversiones en políticas de gestión de los recursos genéticos de la pesca”, advierte la FAO.

En el mar, los recursos genéticos de la pesca ayudan a determinar la productividad de las poblaciones de peces y su adaptabilidad a presiones medioambientales, tales como el cambio climático y el desarrollo humano.

En la acuicultura, los recursos genéticos afectan al rendimiento de los peces de cría, ayudan a los piscicultores a cubrir la demanda de los consumidores, e incluso influyen en la forma en que los peces de cría y sus parientes en libertad interaccionan en la naturaleza.

Pero la información sobre los recursos genéticos acuáticos es irregular, la aplicación de la genética en la pesca de captura y la acuicultura ha sido hasta ahora limitada, y no se han desarrollado lo suficiente los mecanismos adecuados para conservar la diversidad genética de los peces de cría y de los que se encuentran en estado natural, recuerda la FAO.

Aunque el desarrollo de la domesticación y mejora genética de los peces de piscifactoría ofrecen la posibilidad de incrementar la productividad, muchos de los recursos genéticos necesarios para ello no se encuentran bien identificados ni descritos, e incluso muchos están amenazados.

Lagunas en la información

La FAO ha estado informando durante décadas sobre el estado en conjunto de las poblaciones de peces a través de sus publicaciones Estado de los recursos pesqueros marinos a nivel mundial, y El estado mundial de la pesca y la acuicultura.

En ellas se explica que cerca de mil especies marinas y de agua dulce se capturan cada año, mientras que 236 especies de peces, invertebrados y plantas se crían en piscifactorías.

Mientras que estos informes proporcionan indicaciones generales sobre el estado de la biodiversidad de las principales especies comerciales de peces, subestiman el número de especies que se capturan y todavía no contienen información detallada a escala genética.

“Sabemos que los hábitats marinos están cambiando a causa del cambio climático, el desplazamiento de las especies exóticas, el desarrollo humano y otros factores, y que las especies necesitarán adaptarse para sobrevivir. La diversidad genética les ayudará en esta adaptación. Si queremos desarrollar las políticas y las formas de gestión necesarias para responder a estos retos, necesitamos más información e incrementar nuestra capacidad de utilizarla”, señaló Devin Bartley, genetista de la FAO especializado en pesca.

Paso adelante en la gestión

Contar con información más detallada sobre los recursos genéticos marinos permitirá a los responsables de gestión de la pesca tener una visión mucho más precisa del estado de las poblaciones de peces y poder ajustar medidas como el cierre estacional de los caladeros o el establecimiento de las cuotas de capturas.

También servirá para arrojar luz sobre la interacción entre los peces en libertad y los de cría, una cuestión que causa cada vez mayor preocupación. En muchos casos, el impacto en la diversidad acuática local de los peces escapados de las piscifactorías —o de peces que son liberados intencionadamente—, no puede ser determinado debido simplemente a que no hay información sobre los recursos genéticos de los diversos tipos de peces.

Sucede que esta información genética no es fácil de obtener, y por el momento no es muy utilizada en la gestión de la pesca.

Conseguir peces mejores

La genética tiene también un papel clave a la hora de ayudar a la acuicultura a satisfacer la creciente demanda mundial de pescado.

La mayor parte de las pesquerías marinas se encuentran ya explotadas al máximo o en declive, y sus niveles de producción han alcanzado su techo.

Para el año 2030 se necesitarán 40 millones de toneladas de pescado adicionales cada año para cubrir la demanda mundial. La acuicultura, que ya proporciona 44 por ciento de todo el pescado que se consume, es la vía indicada para alcanzar esta meta.

Existen algunas dudas sobre si será posible lograrlo. La FAO subraya la necesidad de prestar mayor atención a los recursos genéticos acuáticos y a la selección de variedades mejores y más eficaces para la cría. De este modo la acuicultura puede solucionar el problema en gran parte, al tiempo que se consumen menos recursos naturales como agua o piensos.

Paso decisivo

La reunión de este año supone la primera vez que la CRGAA, compuesta por 167 miembros más la Unión Europea, afronta la cuestión de cómo gestionar mejor la diversidad genética de los océanos, mares, lagos, ríos, humedales y piscifactorías del planeta, con el objetivo de salvaguardar su aportación a la producción de alimentos.

La CGRFA es el único organismo internacional dedicado a los recursos genéticos de la agricultura, la silvicultura y la pesca.

Fuente: FAO

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