En esta consideración fundamentan la importancia de que la genética bovina avance a pasos agigantados.
La consigna, aseguran, pasa por no bajar los brazos y esa búsqueda por parte de los productores pecuarios, se redescubre cada año en la pista de Palermo.
Los motivos para desanimarse, desde la actividad ganadera, sobran, pero el productor sectorial también tiene características especiales que lo llevan a no detenerse a la hora de mejorar planteles vía genética de punta, a pesar de que la agricultura resulta cada día más rentable para el campo.
Una encuesta arrojó como respuesta casi unánime que los cabañeros siguen interesados en comprar reproductores de pedigrí, embriones y semen para la inseminación artificial.
Los directivos y especialistas en la actividad que trabajan en el predio de la Rural aseguran que una prueba fehaciente de que la incorporación de genética no cesa en el país pecuario la dan los fenomenales valores que se logran en los remates de reproductores bovinos.
Desde algunas asociaciones de criadores, como los de Aberdeen Angus, en tanto, ponen de relieve que los productores están un tanto desanimados por la falta de rentabilidad que muestra el negocio pecuario.
Esas decisiones oficiales retraen a los criadores, aunque a pesar de ello no desaparecen las inversiones en tecnología de punta y en genética, comentan los productores que participan de la megamuestra.
“Lo verán en la pista”, afirman, con alguna que otra excepción, como la que mencionan los empresarios relacionados con el negocio sectorial, al admitir que esas inversiones no son para el corto plazo y hay que saber esperar.
Prueba de ello es también el escenario que muestran las zonas ganaderas por excelencia, donde el nivel de las haciendas se optimiza en forma permanente, en consideración del presidente de la Asociación de Criadores de Hereford, Óscar Blanchard.
“Tenemos que ser conscientes de que no podemos liquidar en pocos años y por malas políticas lo que tanto esfuerzo ha costado construir durante 150 años”, explicó el empresario a medios que cubren la megamuestra de este año.
Asimismo, y en especial hoy que se consagraron los grandes campeones de razas sintéticas, la evaluación artera acerca de esos ejemplares provino precisamente de los ganaderos con explotaciones en zonas del norte o más marginales para la actividad pecuaria.
Ahora, esas regiones y esas razas comienzan a ser imprescindibles para que no caigan los índices de parición, aseguran los especialistas en genética bovina, habida cuenta de la mayor rusticidad que presentan estas cruzas para adaptarse a zonas menos ricas en materia de provisión de pasturas.
Actualmente, el desplazamiento de la ganadería hacia el norte lleva a los criadores a inclinarse por las razas cruza —ya con patrón genético propio— como los Brangus (cruza de Brahman cebuino con angus) y Braford (cruza de Brahman cebú y Hereford).
Por su parte, John Baqué, director de la Asociación Braford comentó que “existe una toma de conciencia sobre la importancia de la genética como pilar de la producción” y agregó que un ejemplo palmario es el incremento que se observa en el uso de la inseminación artificial y las transferencias embrionarias.
En general, para los técnicos y productores consultados, el reordenamiento en el mercado de la carne “llegará, pues el país lo necesita para no perder el capital más competitivo con que cuenta, como es la carne vacuna”.
Entre tanto, y en forma paralela, se mantiene entonado el negocio de exportación de pastillas de semen congelado y embriones, con valores dignos de ser considerados por las autoridades nacionales, ya que muestran el interés externo por la calidad y genética de los rodeos vacunos argentinos.
Fuente: Infobae.com
