Pecuario y Pesquero

Estrategias avícolas para enfrentar apertura

Frente a la apertura total del sector avícola en 2003 los sectores involucrados comienzan a delinear estra-tegias para afrontar la competencia externa. Los avicultores consideran que uno de los riesgos es el ingreso de pierna y muslo, que en Estados Unidos no se consume y se coloca a precios ínfimos en otros mercados, como el mexicano.

Los retos para los avicultores el próximo año, según comenta Sergio Chávez, director de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), son ser cada día más eficientes y productivos, dentro de sus condiciones regionales y particulares; buscar costos más bajos y reducir sus márgenes de utilidad para enfrentar la competencia globalizada.

Además deberán fortalecer sus cadenas comerciales, asegurar la lealtad de su clientela; desarrollar el concepto de marca, que permita al consumidor identificar calidad (con etiquetas como México Calidad Selecta o Royalty) y las ventajas de los productos mexicanos y empezar a segmentar mercados.

Otro aspecto importante será fomentar una cultura de exportación, que no existe, a Estados Unidos u otros países. Sin esta medida, el sector no soportara el ritmo de crecimiento que mantiene.

Por otra parte, agrega Sergio Chávez, el gobierno debe tomar medidas que garanticen el crecimiento avícola. Una de ellas es establecer políticas agrícolas para que se incremente la producción de granos forrajeros que demanda esta industria y dar más apoyos al agricultor.

¿No se espera un gran choque con la apertura total del sector avícola en 2003, como se puede dar en otros sectores?

En huevo y pavo no; en pollo, hay que tener cuidado con la pierna y el muslo, porque es serio lo que puede llegar a pasar si no nos ponemos las pilas, responde Sergio Chávez.

En carne de ave el mal que hay  que «extirpar» es el de la pierna y el muslo, ya que los estadounidenses son consumidores de pechuga y exportan pierna y muslo, aceptados en México. El director de la UNA considera que esto es un «potencial riesgo» para la avicultura mexicana de carne de pollo, porque aunque compitiéramos sólo con ese producto el hecho de que Estados Unidos lo envíe sin arancel y sin cuotas va a arrastrar a la baja el precios del resto de productos avícolas.

La franja fronteriza mexicana tiene hábito de consumo de pierna y muslo, pero hay que rescatar el resto del país, por lo que necesitamos empezar a competir con una industria que puede poner la pierna y muslo a 9.50 pesos en ciudades como Monterrey, Torreón, Hermosillo y Chihuahua, indica el directivo de la UNA.

Para enfrentar esto, los avicultores mexicanos buscan mantener las diferencias en el mercado estadounidense y el mexicano, lo cual hasta ahora se ha logrado.

En pollo se trata de mantener los hábitos de consumo, por lo que se seguirá vendiendo pollo vivo y tipo mercado público (el cual en cinco años irá desapareciendo), que en Estados Unidos está estrictamente prohibido.

El huevo en Estados Unidos se tiene que lavar, desinfectar y refrigerar, en México no. Para competir con el huevo fresco en México los estadounidenses tendrían que manejarlo en las mismas condiciones y su propia ley lo prohíbe. Ese tipo de diferencias protegerá a los avicultores nacionales.

Además, comenta Sergio Chávez, hay que aplicar estrictamente las normas sanitarias permitidas en el TLCAN. Ahora, hay problemas de influenza aviar en Estados Unidos y Chile, de serotipos que no tenemos en  México y que podrían convertirse en enfermedades exóticas.

Buscar un aterrizaje suave

Por otra parte, la UNA firmó un convenio con la industria estadounidense, el Nafta Egg and Poultry Partnership, un instrumento de diálogo y planeación, para buscar consensos y alianzas entre las dos industrias, identificar nuevos mercados y no tener fricciones fuertes en el mercado. La idea es lograr un «aterrizaje suave» rumbo a 2003. También se busca crear un organismo que mantenga estables los precios al productor y al consumidor.

Otro instrumento que puede ayudar a paliar esto es que en México existen dos empresas que son 100 por ciento capital estadounidense, Tysson y Pilgrim´s, que ocupan 28 por ciento del mercado mexicano. Hemos convencido a estas empresas de no empezar a desordenar el mercado, les recomendamos que trate de vender productos que no se estén produciendo en México, comenta Sergio Chávez.

Los mismos estadounidenses –añade– saben que si mandan a México producto en exceso pueden presentarles problemas muy serios en la relación de cadena productiva con el campo mexicano.

En las ventajas que tendrá el consumidor estará una reducción de precios importante, la pierna y el muslo, que anda en 15 pesos el kilo en promedio y para poder competir con el producto estadounidense los avicultores nacionales tendrán que bajar su precio.

Huevo y pavo

Los productores de huevo, desde la puesta en marcha del TLCAN, no se han visto tan afectados, incluso, las importaciones de huevo fresco han sido menores a la cuota negociada. Este sector ha tenido buenos niveles de productividad y eficiencia.

La presencia del huevo en el mercado nacional y la frontera es de casi 99 por ciento. Su precio es 15 por ciento más barato el huevo que estadounidense.

En México no se selecciona por tamaños este producto. Se necesita una normatividad obligatoria para que algún tipo de huevo pequeño no sea apto para consumo humano en México. Esto también sería una medida de protección para este sector.

El pavo tiene niveles de producción mínimos y estacionales. Sus cuotas antes del TLCAN estaban excedidas para dar cabida a la demanda de la industria de empacadores y embutidos. La cuota es de entre 220 y 250 mil toneladas, divididas entre algo de trozos y despojos de carne de ave, algo en trozos, partes y huevos. Se maneja de manera estacional. A los estadounidenses le interesa la parte de embutidos; es una competencia que no ha afectado a la industria.

La competitividad

Los avicultores mexicanos son muy eficientes y productivos, a la par de sus homónimos estadounidenses. México tiene mejor clima que Estados Unidos, mano de obra en granja más especializada y más barata.

En donde no somos competitivos –asegura Sergio Chávez– es en el costo de la materia prima, ya que México es deficitario en producción de granos forrajeros. De 7.5 millones de toneladas que necesita la industria, casi la mitad se importa de Estados Unidos.

En México hay unas 400 empresas avícolas (de huevo, pollo y pavo), de las cuales competitivas, con el concepto de dependencia de granos, no hay ninguna. Por economía de escala, eficiencia y productividad hay sólo unas cuantas que sobresalen.

De cualquier forma, concluye Chávez, estamos preparándonos para que en 2003 si las condiciones no son favorables, podamos actuar de manera legal y demostrar si la avicultura está teniendo un daño, aunque sea de manera regional. En todo caso, se podría aplicar alguna salvaguarda o alguna medida de compensación no para toda la avicultura, sino exclusivamente  para la pierna y el muslo. Con eso puedes tener una competencia más sana.

La desgravación

El total de cuota de carne de ave es de unas 100 mil toneladas; 84 mil son de pierna y muslo; unas 18 mil de pollo entero y el resto carcasa.

En 1992 los aranceles de importación para pollo procedente de Estados Unidos y Canadá eran del 49.4 por ciento; en pavo, 25.2; en huevo, 9 por ciento. El 1 de enero de 2003 se será cero.

El año próximo el precio de ingreso al país de pierna y muslo estadounidense será de 60 centavos de dólar por kilo, la mitad del precio del pollo entero en México, y también inferior al costo de producción en granja, que es de 79 centavos.

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