Pecuario y Pesquero

Huelga de productores argentinos provoca desabasto de cárnicos y lácteos

BUENOS AIRES.— Industriales y transportistas llamaron al diálogo para poner fin a una masiva huelga de productores agropecuarios contra la política fiscal, que cumplió el sábado su décimo día, con los ánimos caldeados y perspectivas de desabasto de carne y leche en Argentina.

“Es momento de diálogo en Argentina. Hay que calmarse, reflexionar y buscar los caminos que lleven a negociar”, señaló Juan Carlos Lascurian, presidente de la Unión Industrial Argentina. La organización mantiene buena relación con el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchnner, quien lleva adelante una política de promoción de la industria.

El empresario metalúrgico advirtió que, de prolongarse la huelga, podrían darse situaciones de violencia en las rutas, que los productores agropecuarios mantienen total o parcialmente cortadas en diversos puntos del país, impidiendo la circulación de camiones de todo tipo y origen.

El dirigente sindical camionero Hugo Moyano dijo por su parte que pedirán a los productores “que dejen pasar a los transportistas, quienes no tienen nada que ver con el paro”, y negó que su gremio impulse el uso de la violencia para lograrlo.

Moyano es también secretario general de la Confederación General del Trabajo, la mayor central obrera y aliada del gobierno. Entre las rutas afectadas por el reclamo agropecuario está la nacional 14, conocida como ruta del Mercosur, paso obligado y crucial para el transporte de productos entre Chile, Brasil, Argentina y Uruguay.

Al reclamo se sumó el de grupos de consumidores, que instaron el viernes a autoridades y agricultores a entablar un diálogo para evitar que falten carne vacuna y productos lácteos en las mesas de los argentinos, lo que, estimaron, ocurrirá la próxima semana si continúa la huelga.

En la capital federal, supermercados y carnicerías comenzaban a mostrar en las góndolas faltantes de lácteos, carnes y otros productos. De prolongarse la protesta, el gobierno considera suspender las exportaciones de cárnicos y, eventualmente, de leche, aplicando la ley de desabasto, según fuentes oficiales citadas por el diario La Nación.

Para levantar la huelga, los agricultores exigen que el gobierno federal revoque un incremento de impuestos a las ventas externas de granos, en especial de soya, principal materia prima exportable del país sudamericano.

La rebelión explotó luego de que el ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció un aumento de 35 a 44 por ciento en el tributo a las ventas externas de soya y porcentajes impositivos móviles, según la variación de precios internacionales de granos.

Pero el gobierno ratificó que no volverá atrás con la medida fiscal y no dialogará con los huelguistas mientras se mantengan los bloqueos. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, llamó este sábado a los productores “a la reflexión”, y les recordó que “tienen una importante rentabilidad” en su actividad.

Según un informe reservado, citado por el diario Página/12, en los últimos cinco meses (hasta el pasado miércoles) los productores de soya aumentaron su rentabilidad 29 por ciento; los de girasol, 17 por ciento, y los de maíz, 77 por ciento, pese al aumento de impuestos a las exportaciones.

Con los ánimos caldeados, los huelguistas adelantaron que endurecerán las protestas la próxima semana, con bloqueos a plantas lecheras y campos de engorda de vacunos, y continuarán impidiendo la circulación de camiones con granos y ganado hacia mercados mayoristas y frigoríficos.

Fuente: La Jornada Online / AFP

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