Pecuario y Pesquero

La biodiversidad dulceacuícola de México se encuentra en declinación

Más de un tercio de sus especies de peces están amenazadas de extinción: reporte de la UICN

San José, Costa Rica, 18 de mayo de 2020.— De acuerdo con los resultados de un estudio liderado de manera conjunta entre la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el ABQ Biopark, 39 por ciento de los peces dulceacuícolas de México están amenazados de extinción, incluyendo numerosas especies endémicas que se distinguen por ser económica, cultural y ecológicamente importantes.

El reporte “Status and Distribution of Freshwater Fishes in Mexico” evaluó el riesgo de extinción de 536 especies de peces dulceacuícolas, desde las regiones áridas del norte de México, hasta las zonas tropicales de la península de Yucatán y Chiapas. Se encontró que más de un tercio de estas especies se encuentran amenazadas. Doce especies son consideradas como Extintas y otras ocho están Extintas en Estado Silvestre, por lo que solo existen en cautiverio.

Los ecosistemas dulceacuícolas y su biodiversidad son fundamentales para el aprovisionamiento de agua limpia, alimento y medios de vida en México. Los pescados blancos y/o charales de los lagos de Pátzcuaro y Chapala, tales como Chirostoma lucius, C. sphyraena y C. promelas, se encuentran En Peligro de extinción, de acuerdo con la Lista Roja de Especies AmenazadasTM. Estas especies son parte fundamental de la cultura mexicana, ya que eran consumidas desde épocas prehispánicas y aún ahora son un elemento importante de la gastronomía de México, considerada por la Unesco como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. La declinación sostenida de sus poblaciones podría llevar al colapso de tan importante pesquería.

En el reporte se describe que las principales amenazas identificadas para estas especies, son las alteraciones en el flujo de agua en ríos, la sobreextracción de agua, la contaminación por efluentes agrícolas y urbanos, así como el impacto de especies invasoras.

“Estos resultados muestran una poco reconocida y catastrófica pérdida de biodiversidad en México, que, de no ser atendida, podría limitar el acceso de millones de personas a una rica fuente de alimento y podría además tener importantes consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas”, comentó Tim Lyons, responsable de Supervivencia de Especies del ABQ Biopak y editor en jefe del reporte. “Serán necesarios mayores esfuerzos de conservación por parte de diferentes instancias, para poder revertir la tendencia actual, sobre todo con la expansión de los asentamientos humanos y su dependencia de los ecosistemas dulceacuícolas para obtener alimento, energía y agua.”

Los manantiales de las zonas áridas, tales como la reconocida reserva de Cuatro Ciénegas, están experimentando una severa declinación en el hábitat acuático, debido al crecimiento de la agricultura insostenible, así como a la disminución de los acuíferos subterráneos. Otros, tales como el manantial el Potosí y Ojo de Agua La Presa en Nuevo León, se han secado de manera permanente, lo que ha ocasionado la pérdida de su rica fauna acuática, incluyendo al colorido y ahora extinto cachorrito de Charco Azul (Cyprinodon inmemoriam).

Para atender esta situación, en junio de 2018, el gobierno mexicano publicó una serie de decretos para establecer reservas de agua, que buscan mantener el caudal ecológico en casi 300 cuencas, lo cual aseguraría el agua para numerosas áreas clave para la biodiversidad.

“Muchas especies de peces dulceacuícolas mexicanos con valor económico y ambiental se dirigen actualmente a la extinción”, mencionó Laura Máiz-Tomé, coeditora del reporte y miembro de la Comisión para la Supervivencia de especies de UICN. “Combinando voluntad política y acciones subsecuentes, esperamos que los resultados de este reporte conduzcan hacia un manejo más sustentable del agua y del territorio, así como a una mejor planeación para la conservación, que asegure la supervivencia a largo plazo de estas especies únicas, así como de las comunidades humanas que dependen de ellas.”

Lamentablemente, la pérdida de hábitat acuático no se limita a México. Los conservacionistas estiman que hasta un 75 por ciento de los humedales dulceacuícolas del planeta se perdieron durante el siglo XX y que la fauna dulceacuícola se ha reducido en promedio hasta en un 83 por ciento entre 1970 y 2014.

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