Pecuario y Pesquero

La clonación de ganado aún no convence

En 2008 la FDA aprobó la venta de alimentos de clones y sus crías, planteando que los productos son indistinguibles de aquellos de sus pares no clonados. Japón, la Unión Europea y otros han hecho lo mismo

laclonaciondeganadoOKLAHOMA, EU.— Para el ojo no entrenado, las Granjas Pollard se asemejan a cualquier otro rancho ganadero, con vacas de aspecto similar en corrales semejantes, pero algunas de ellas no sólo se parecen, sino que son literalmente idénticas, hasta el último de sus genes.

De las aproximadamente 400 cabezas de ganado de Angus negro en Pollard hay 22 clones, copias genéticas de algunos de los animales más productivos que el mundo haya conocido.

Barry Pollard, un neurocirujano y propietario de las Granjas Pollard, dice que tal tecnología de cría se encuentra al frente de una nueva era en la biotecnología animal.

“Estamos tratando de permanecer en lo más alto en términos de calidad, genéticamente, con animales que aumenten de peso bien y que engorden bien, produzcan bien y se reproduzcan bien”, afirmó Pollard en entrevista.

La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) aprobó en 2008 la venta de alimentos de clones y sus crías, planteando que los productos son indistinguibles de aquellos de sus pares no clonados. Japón, la Unión Europea y otros han hecho lo mismo.

Las medidas han generado polémica sobre la seguridad e incluso la ética, de jugar con la naturaleza, dando lugar a que grandes firmas alimenticias renuncien a productos de animales clonados. Pero es probable que los consumidores ya estén comiendo carne y bebiendo leche de crías clonadas, sin siquiera saberlo.

Los granjeros ahora pueden usar la clonación y otras tecnologías de crianza asistida para engendrar vacas que producen mayor y mejor carne o enormes cantidades de leche, y animales que resisten enfermedades o que se reproducen con la precisión de un reloj.

Los genes de primera calidad pueden traducirse en una mejor eficiencia alimenticia, lo que significa la habilidad de convertir la menor cantidad de alimento en la mayor cantidad de carne o leche, lo que resulta en una menor huella ambiental.

“Si no necesitas tanto maíz para alimentar a tu ganado, podrías recortar la cantidad de fertilizante que aplicas en el campo que podría terminar en un río. Puedes reducir la cantidad de diesel usado para cultivar ese maíz”, enfatizó Pollard.

“Tal como se mejora la genética del maíz, para que produzcan más celemines por hectárea, estamos tratando de hacer lo mismo mediante el uso de genética clonada y superior para producir más carne con menos inversión”, agregó.

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