Cuenta con un menú variado, que incluye los platillos tradicionales de una marisquería, con otros que son originales y todos con un toque especial
José Luis Martínez
Si eres una persona preocupada por el planeta y te interesa saber si lo que vas a comer fue producido de forma amigable con el planeta, este lugar es para ti, pero también si eres un amante de los productos frescos del mar. Se trata de un pequeño restaurante ubicado en Santa María la Ribera, un barrio tradicional en el centro-norte de la Ciudad de México llamado La Red.
Se trata de un lugar que ofrece productos de alta calidad, pues son pescados de manera sustentable y en la mayoría de los casos, certificada, pero no por eso es caro, el precio promedio de su consumo oscila entre 130 y 150 pesos por persona.
Además, cuenta con un menú variado, que incluye los platillos tradicionales de una marisquería, con otros que son originales y todos con un toque especial.
La calidad de los productos está garantizada, pues el restaurante “pertenece” a la red de productores y distribuidores que integran el Consejo Mexicano para la Promoción de Productos Pesqueros y Acuícolas (Comepesca). Su propietario, Álvaro Tomás de Kurtz, es secretario del organismo y señaló en una degustación para la prensa que su objetivo es llevar los productos afiliados a esta organización a todo tipo de población.
“Elegimos Santa María la Ribera porque es un barrio de clase media y queremos demostrar que los productos sustentables no tienen que estar en lugares exclusivos de la ciudad. Los productos que se comercializan a través de Comepesca son accesibles y tienen la garantía de que respetan el entorno donde se extraen, además de ser frescos. Muchos de ellos adoptaron prácticas cuyos estándares están certificados internacionalmente”, señaló.
Su carta incluye, además de cocteles, empanadas, tostadas, caldos y carpaccios (todos ellos preparados de una manera original) otros productos interesantes como burritos, brochetas, huaraches y hamburguesas, gorditas, gringas, pizzas, pastas, paella, rollos, carne tártara y una gran variedad de productos.
Es un lugar pequeño, que promueve un ambiente relajado en el que se pone atención a los pequeños detalles de cada plato. Por ejemplo, los platillos son servidos en platos de peltre para evitar el consumo excesivo de desechables y plásticos, que están acabando con la vida marina.
Pero lo más atractivo de todo es el sabor. Durante la degustación, pudimos probar un caldo de camarón con producto fresco, que es una cortesía para todos los comensales del lugar. Su sabor es muy diferente al de un caldo tradicional preparado con camarón seco.
También probamos ceviche de pescado con perón que tiene un sabor ligeramente agridulce y mezcla perfectamente la cebolla con el limón y la fruta, un coctel de camarón servido en un plato, donde tú eliges la proporción de salsa, cebolla, cilantro y aguacate que le quieres dar a cada cucharada.
Otro platillo interesante fue un aguachile de camarón, con un delicioso sabor picante, aderezado con tinta de calamar que le da su tradicional color negro y un sabor completamente diferente al de otros platos similares.
Enseguida probamos tacos de chicharrón de pescado, con una serie de salsas asadas de diferentes chiles, frescos y secos, verdes y rojos, que les dieron un exquisito sabor. El siguiente plato fue una serie de tradicionales tostadas: surimi, atún sellado y atún con soya, cubiertas por una fina ralladura de verduras (pepino, jícama y zanahoria). Finalmente, probamos un poco de pescado a la vizcaína, preparado con jitomate fresco que endulza mucho más el sabor del plato.
Los platillos fueron acompañados por un agua de maracuyá, cuya acidez realzó el sabor de los pescados.
El restaurante se encuentra en Naranjo 208, local 3, en Santa María la Ribera, no cuenta con estacionamiento, pero está ubicado en una zona tranquila donde puedes hallar lugar fácilmente. Visítalos en sus redes sociales:
