En el marco de la XXX Asamblea General Ordinaria del Consejo Nacional Agropecuario, el presidente de México dio a conocer seis estrategias en las que se basa una “gran reforma” del campo nacional
Isabel Rodríguez
Ciudad de México.─ El desarrollo integral de la agricultura, la pesca y la ganadería es indispensable para superar la pobreza e impulsar al país como una potencia emergente, afirmó el presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Al inaugurar la XXX Asamblea General Ordinaria del Consejo Nacional Agropecuario, el primer mandatario señaló que, en coordinación con el sector privado, el gobierno que encabeza trabaja para hacer de los sectores agropecuario y pesquero uno más sólido, moderno, que contribuya de manera relevante a la riqueza que el país genera y con ello —dijo— “construir un campo más justo, productivo, rentable y sustentable”.
Luego de mencionar que está en marcha una política agroalimentaria cuyo objetivo principal es incrementar la capacidad productiva de los agricultores, mencionó que su gobierno ha asumido dos compromisos estructurales: pasar de los subsidios a los incentivos productivos, así como implementar políticas públicas diferenciadas, a fin de apoyar con mayor eficacia tanto a los productores de autoconsumo, que laboran en la agricultura de subsistencia, como a quienes se dedican a la agricultura comercial.
Con base en dichos cambios —agregó— el sector agropecuario avanzará en la concreción de metas como incrementar el consumo interno de productos mexicanos; elevar el PIB agropecuario y pesquero; lograr una balanza comercial agroalimentaria superavitaria al final del sexenio y modernizar e incrementar la superficie de riego de nuestro país.
Para lograr lo anterior, explicó que la política agroalimentaria de la administración federal contempla estrategias basadas en el respaldo a los pequeños productores, mediante la certeza jurídica de la tenencia de la tierra y esquemas de asociación como clústeres, empresas integradoras o agricultura por contrato; además de la transformación del Procampo en Proagro Productivo, enfocado en la entrega de apoyos diferenciados y vinculados a la productividad.
La segunda estrategia —abundó Peña Nieto— busca incrementar la disponibilidad de fertilizantes mexicanos, ya que sólo 15 por ciento de la demanda nacional se produce en México, provocando que gran parte de los productores no tengan acceso a éstos debido a su elevado costo.
Asimismo, como parte de dichas estrategias, aseguró que se facilitará el uso de semillas mejoradas, más resistentes a plagas y enfermedades, y con un elevado contenido nutricional; también, se pretende incrementar el área con riego tecnificado en todo el país, así como facilitar a los productores el acceso a crédito y financiamiento.
En este sentido, expresó su confianza en que la reforma financiera permitirá la actualización de la banca de desarrollo del sector agroalimentario para brindar crédito oportuno y a tasas competitivas, así como garantías adecuadas, además de incentivar los esquemas de aseguramiento y el establecimiento de una banca especializada regional, de carácter privado y de una bolsa mexicana agroalimentaria de futuros y físicos.
Peña Nieto aseguró que se buscará sincronizar la oferta y demanda de productos agropecuarios, ya que una mayor producción no necesariamente se refleja en mayores ingresos para quienes se dedican a él y tampoco se traduce en precios más bajos para los consumidores finales.
Para resolver este problema —dijo— es indispensable trabajar en el adecuado funcionamiento de los mercados agropecuarios y tomar medidas para equilibrar la demanda y oferta de alimentos. Al respecto, anunció que las secretarías de Agricultura y Economía están creando un sistema de información que permita a productores y autoridades tomar decisiones, a fin de evitar escasez o sobreoferta de algún producto.
Finalmente, apuntó que México debe contar con un moderno marco legal que dinamice al sector agroalimentario, por lo cual, “el gobierno de la República está determinado a impulsar el próximo año una gran reforma del agro mexicano”, que contempla la actualización y simplificación de las leyes relacionadas con el campo y la industria agroalimentaria, para incentivar las inversiones, generar más empleos y elevar la productividad.
Por su parte, el presidente del Consejo Nacional Agropecuario, Benjamín Grayeb Ruiz, destacó que América Latina y África están llamadas a ser las grandes regiones proveedoras de alimento en el futuro; por ello, consideró que México debe aprovechar esta oportunidad que favorece el desarrollo del sector agroalimentario nacional.
Asimismo, consideró que con una correcta estructuración del sector, el crecimiento de éste podría pasar de 1.6 a 6 por ciento anual, con los consecuentes efectos positivos en el empleo, la seguridad alimentaria, las exportaciones y principalmente, en la reducción significativa de la pobreza.
2000 Agro
