Los turistas no solo disfrutarán del sol y la playa, también hay platillos como este que deleitan a los paladares más exigentes
Ciudad de México, 31 de diciembre de 2020.— Todo inicia eligiendo un buen huachinango o robalo fresco de dos kilos o dos kilos y medio.
Con precisión se abre el pescado en mariposa, se le sacan las vísceras para luego subdividirlo y ralearlo en forma horizontal.
Después se le espolvorea sal de grano y sobre las partes abiertas se embarran tres capas de distintos adobos de receta secreta y se deja marinar algunos minutos.
“Para que te salga un buen pescado a la talla hay dos o tres factores, número uno: que el producto sea fresco y de calidad, y número dos: que tenemos que superar las expectativas de quien está en la mesa esperando este pescado a la talla”, indica Sergio Mejía, cocinero.
Ya preparado el pescado se pone sobre una asadera, en brasas de carbón al rojo vivo, y se deja por varios minutos.
“¿Qué tiempo se lleva en las brasas? Pues de 10 a 15 minutos cuando mucho”, menciona Sergio Mejía, promotor de pescado a la talla.
Salido del asadero, se le agregan verduras y botanas, para después servirlo y disfrutarlo frente al Pacífico mexicano.
“Por el sabor que tiene, que es muy rico, yo cuando vengo a visitar Acapulco no dejó de venir a playa Bonfil a comer nuestro pescado a la talla”, señala Marisela Guevara Covarrubias, turista.
En Acapulco los turistas no solo pueden disfrutar del sol y la playa, también hay platillos como este que deleitan a los paladares más exigentes.