Sector Rural

La contaminación del suelo a examen

La reunión anual de Alianza Mundial por el Suelo (AMS) se centra en los suelos negros y en el intercambio de información

Abordar el desafío de la contaminación de los suelos, ocasionada esencialmente por la actividad humana que deja un exceso de productos químicos en los suelos utilizados para producir alimentos, ha centrado la quinta Asamblea Plenaria de la Alianza Mundial por el Suelo (AMS), celebrada en la sede de la FAO.

El exceso de nitrógeno y metales pesados como arsénico, cadmio, plomo y mercurio puede perjudicar el metabolismo de las plantas y reducir la productividad de los cultivos, llegando a poner en peligro las tierras cultivables. Cuando entran en la cadena alimentaria, estos contaminantes representan también riesgos para la seguridad alimentaria, los recursos hídricos, los medios de vida rurales y la salud humana.

“La contaminación de los suelos es un problema emergente, pero, debido a que se presenta en tantas formas diferentes, la única manera en que podemos reducir las lagunas de conocimiento y promover una gestión sostenible del suelo es intensificar la colaboración mundial y conseguir evidencias científicas fiables”, apuntó Ronald Vargas, experto en suelos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y secretario de la AMS.

La Asamblea Plenaria aprobó tres nuevas iniciativas destinadas a facilitar el intercambio de información: el Sistema Mundial de Información sobre el Suelo; la Red Global de Laboratorios de Suelos, con el objetivo de coordinar y normalizar las mediciones entre países, y la Red Internacional de Suelos Negros, para fomentar el conocimiento sobre los suelos agrícolas más fértiles del mundo, conocidos por su alto contenido de carbono.

Aunque comúnmente se les denomina así en las clasificaciones nacionales, los “suelos negros” no resultan para nada uniformes. La nueva Red Internacional de Suelos Negros los define como teniendo al menos 25 centímetros de humus y un contenido de carbono orgánico del suelo superior al 2 por ciento. A esta definición se adaptan cerca de 916 millones de hectáreas, equivalentes al 7 por ciento de la superficie terrestre del mundo libre de hielo.

Alrededor de una cuarta parte de los suelos negros son del tipo clásico “chernozem”, con una capa de humus de más de un metro: se encuentran en las regiones agrícolas muy productivas de las estepas de Europa Oriental y Asia Central y en las antiguas praderas de América del Norte. La Red Internacional de Suelos Negros promoverá su conservación y productividad a largo plazo, elaborando informes analíticos y ejerciendo de plataforma para el intercambio de conocimientos y la cooperación técnica.

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