Sector Rural

Las zonas rurales, clave para crecimiento económico de países en desarrollo

Se necesita una profunda transformación para aprovechar su potencial y ayudar a alimentar y dar trabajo a un planeta más joven y poblado

Millones de jóvenes de los países en desarrollo, preparados para incorporarse al mercado laboral en las próximas décadas, no deberían tener que marcharse de las zonas rurales para escapar de la pobreza.

En realidad, las áreas rurales encierran un gran potencial de crecimiento económico vinculado a la producción alimentaria y a los sectores relacionados, según El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2017. Dado que la mayoría de las personas pobres y que pasan hambre vive en estas zonas, lograr la Agenda 2030 para el desarrollo dependerá de aprovechar este potencial que habitualmente se desdeña, añade el documento.

Para ello, será necesario superar una compleja combinación de baja productividad en la agricultura de subsistencia, limitaciones para la industrialización en muchos lugares, y rápido crecimiento demográfico y urbanización. Todos estos obstáculos suponen un desafío para la capacidad de los países en desarrollo para alimentar y dar trabajo a sus ciudadanos.

Resulta evidente que la transformación de las economías rurales puede tener consecuencias de gran envergadura. Estos cambios en las economías rurales ayudaron a cientos de millones de personas que viven en ellas a salir por sí mismos de la pobreza desde la década de 1990, señala el informe.

Sin embargo, los avances han sido desiguales, y el crecimiento demográfico está incrementando los desafíos.

Se prevé que, entre 2015 y 2030, el número de personas con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años aumente en unos 100 millones, hasta alcanzar los mil 300 millones. Casi todo este incremento tendrá lugar en África subsahariana, principalmente en zonas rurales.

Sin embargo, en muchos países en desarrollo —sobre todo en Asia meridional y África subsahariana—, el crecimiento de los sectores industriales y de servicios se ha quedado rezagado, y estos serán incapaces de absorber a los numerosos nuevos demandantes de empleo que van a incorporarse al mercado laboral.

Por tanto, los habitantes de las zonas rurales que se trasladen a las ciudades correrán probablemente un mayor riesgo de sumarse a la población urbana pobre, en lugar de hallar un camino para salir de la pobreza. Otros tendrán que buscar empleo en otros lugares, generando migración estacional o permanente.

Por este motivo, el apoyo normativo y la inversión en zonas rurales para construir sistemas alimentarios pujantes y ayudar a las agroindustrias que están bien conectadas con las zonas urbanas, especialmente con las pequeñas y medianas ciudades, creará empleo y permitirá que un mayor número de personas se quede y prospere en el medio rural. Según el informe presentado, esta es una intervención estratégica.

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