Sector Rural

Programas piloto apoyan la agricultura

Prácticas sostenibles evitan el efecto invernadero y aumentan la calidad de vida de los productores

programas-pilotoYucatán, México.— En la península de Yucatán se pierden 25 mil hectáreas al año, un proceso de deforestación que promueve la emanación de gases de efecto invernadero y que puede ser evitado con medidas de desarrollo rural sustentable como las que han puesto en marcha 19 de sus municipios.

Estos municipios son los que participan en los programas piloto de Alianza México REDD, que reúne asociaciones no gubernamentales que abogan por el desarrollo global sostenible y apoyan mejores prácticas agropecuarias y forestales de la región, para su posterior multiplicación.

“Si las comunidades pueden producir mejor en menos áreas, no tienen que seguir expandiendo su actividad en los bosques y teniendo un efecto negativo en ellos”, dice a la agencia Efe Rane Cortez, coordinadora de este programa en The Nature Conservancy (TNC), una de las asociaciones participantes en la alianza.

La deforestación, alerta Cortez, es responsable del 15 por ciento de los gases de efecto invernadero, un porcentaje comparable con el que emite el sector transporte.

Para luchar contra ella, se está llevando a cabo un seguimiento de programas piloto, repartidos a lo largo de los estados surorientales de Quintana Roo, Campeche y Yucatán, que intentan mantener una visión global y coordinada entre las diferentes actividades productivas.

El trabajo se realiza en colaboración con asociaciones locales, como ocurre en el caso de Toojil Xiimbal, quienes han apoyado en Hopelchén (Campeche) al proyecto de José Gutiérrez.

Este agricultor emprendió hace dos años un proyecto de granja sostenible, donde se cultiva la milpa —maíz, calabaza y frijoles—, productos como cacahuetes y hortalizas, y se crían gallinas y abejas.

Al evitar el monocultivo aumenta el aprovechamiento del suelo y la producción, que se verá reforzada por la plantación de árboles frutales; todo ello sin el empleo de transgénicos.

“No queremos criar a nuestros animales y plantas con químicos, queremos productos sanos y libres de contaminación”, asegura a Efe Gutiérrez, aunque reconoce que algo de contaminación “siempre les llega” por las fumigaciones que realizan las avionetas a los campos de maíz transgénico de los alrededores.

En cuanto a la ganadería, que en México es muy extensiva —una cabeza de ganado por hectárea—, se está implementando el sistema silvopastoril.

Fuente: La Verdad de Yucatán

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