Sector Rural

Promover los cultivos marginados e infrautilizados

La FAO y el Consorcio Africano de Cultivos Huérfanos unen fuerzas para salvaguardar valiosos recursos alimentarios

Cultivos que habían sido olvidados durante el siglo pasado, se están ahora redescubriendo. Los científicos y los responsables de las políticas están empezando a reconocer el valor de los llamados cultivos huérfanos, constatando aquello que las comunidades locales han sabido durante generaciones.

El ñame africano, los dátiles del desierto y el Ber (un árbol achaparrado con una baya rica en vitaminas) son ejemplos evidentes: aunque no se comercializan a escala internacional, se adaptan de manera genuina a sus entornos locales y juegan un papel vital apoyando dietas diversificadas en África subsahariana.

Conocidos también como cultivos marginados e infrautilizados, secundarios o prometedores, los cultivos huérfanos han sido pasados por alto en la investigación, los servicios de extensión y por los responsables de formular políticas; de manera que los gobiernos raramente asignan recursos para su promoción y desarrollo. Esto lleva a que los agricultores los planten con menos frecuencia, exista un acceso limitado a semillas de alta calidad y se pierdan conocimientos tradicionales.

Las especies marginadas e infrautilizadas se han visto eclipsadas por aquellas que cuentan con mayor demanda. De las 30 mil especies de plantas comestibles que existen, apenas se utiliza una treintena para alimentar al planeta.

Sin embargo, estos cultivos desatendidos y olvidados pueden ayudar a la diversificación de la producción alimentaria, añadiendo especies nuevas que aportan a nuestra dieta un mejor suministro de determinados nutrientes, como aminoácidos esenciales, fibra y proteínas.

Además de diversificar la ingesta nutricional, los cultivos infrautilizados proporcionan beneficios económicos y ambientales. Los agricultores pueden cultivarlos por sí mismos, dentro de sistemas de rotación de cultivos o intercalarlos con otros cultivos, protegiendo y mejorando la agrobiodiversidad sobre el terreno.

Tener un mayor número de especies por elegir en un sistema de rotación de cultivos ofrece a los agricultores un sistema de producción más sostenible. Al rotarse los cultivos, se interrumpe el ciclo de algunas plagas y enfermedades y se reducen las probabilidades de infestación.

Los esfuerzos iniciados recientemente están en consonancia con el Segundo Plan de Acción Mundial para los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura y el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, que promueven la conservación y el uso sostenible de las especies marginadas e infrautilizadas.

Esta iniciativa dará a conocer el papel potencial de los cultivos infrautilizados en sistemas de producción agrícola más productivos y sostenibles que sean resilientes a los efectos del cambio climático.

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