Estos biopolímeros son una alternativa al plástico petroquímico o convencional, ya que su principal cualidad es degradarse en el medio ambiente como lo hace la materia orgánica
Redacción 2000 Agro
México.─ Con un método que combina desperdicios de nopal, harina de trigo y residuos sólidos urbanos, especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Azcapotzalco, buscan obtener plásticos biodegradables.
Este proyecto es una alternativa para reciclar alrededor de tres toneladas de residuos —arena quemada de fundición, residuos de poda, de mercados de flores, tallos y vegetales, plásticos espumados, así como polvo de metales— generados por los procesos productivos de empresas, industrias y escuelas del Distrito Federal, informó el ingeniero Enrique Alarcón Jiménez, investigador del Departamento de Sistemas de la UAM Azcapotzalco.
El objetivo del desarrollo —explicó el investigador— es convertir la generación de residuos en productos ecológicos mediante “procesos verdes”, que disminuyan el daño ambiental utilizando energía renovable, agua de lluvia e insumos a bajo costo que conduzcan a la sostenibilidad.
Respecto al procedimiento para obtener los plásticos biodegradables, el ingeniero Alarcón detalló que los desechos no requieren una selección previa, ya que pasan por un equipo denominado generador de partículas para ser transformados en pequeños trozos de material que son aglomerados o unidos mediante un “biopolímero” derivado del mucílago del nopal y la harina de trigo.
El especialista consideró este nuevo polímero como un “material revolucionario”, que supone una alternativa al plástico petroquímico o convencional, y cuya cualidad es degradarse en el medio ambiente como lo hace la materia orgánica.
Alarcón Jiménez apuntó que para elaborar el plástico “natural” se emplearon los remanentes del nopal comercializado, ya que la pectina obtenida de esta cactácea es una sustancia con capacidad de convertirse en una goma mediante ciertos procedimientos químicos.
Este compuesto del nopal es combinado con otros elementos para mejorar su desempeño y prolongar su vida útil por decenas de años sin deteriorarse, además de resistir a los rayos ultravioleta y a la lluvia ácida, expuso el académico de la UAM.
Por lo tanto, al mezclar el mucílago del nopal con harina de trigo consiguió obtener propiedades similares a los polímeros elaborados a partir del petróleo. “Este material viscoso es colocado en un molde junto con las partículas para adquirir la pieza u objeto requerido”, agregó el experto.
De esta manera, el molde es puesto en un horno de secado que emplea tecnología solar para dejar que el material aglomerado adquiera sus propiedades durante 18 horas y a temperatura ambiente.
Así, el producto final contará con características equivalentes a un metal no ferroso, es decir, presenta dureza y resistencia similares a un aluminio o bronce, subrayó el investigador.
Con esta tecnología “ecológica” puede manufacturarse todo tipo de mobiliario urbano y residencial, contenedores y recipientes para residuos sólidos, sistemas de aislantes térmicos y acústicos, así como de calderas, tuberías, señalamientos viales y de protección civil, entre otros.
Como resultado, los primeros señalamientos viales elaborados en 2005 han superado las expectativas planteadas en relación a la vida útil del material, pues estos productos han durado más de cinco años, lo que significa 50 por ciento mayor a la esperada en comparación con los materiales actuales, añadió Alarcón Jiménez.
Cabe destacar que cada material es diseñado al tamaño, forma y vida útil requerida; y al finalizar puede ser degradado por el medio ambiente o volverse a reciclar con el propósito de cumplir un “ciclo de reutilización infinito”, concluyó el especialista.
De acuerdo con información de la agencia Investigación y Desarrollo (ID), actualmente ha establecido una alianza entre los sectores gubernamental, empresarial y académico para fortalecer la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos con base en proyectos como éste.
Asimismo, este proyecto forma parte del programa “Ciudad con Conectividad y Tecnología”, dentro del subprograma de Tecnologías Urbanas, del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICyTDF).
2000 Agro (Con información de la Agencia ID)
