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CARTA EDITORIAL

Wendy Coss y León

Directora General

wendy@3wmexico.com

ALIMENTAR SIN CONTAMINAR

E

l impacto benéfico de los fertilizantes en la agricultura es innegable. Durante

décadas, estos insumos hanmodificado ymejorado sus formulaciones para

incrementar el rendimiento de los cultivos agrícolas, contribuyendo a que la

agricultura respondiera a los desafíos de la demanda alimentaria.

Sinembargo, el usoequivocado–oexcesivo–de los fertilizanteshasidoel principal

factor de riesgo para el medio ambiente y para la producción sostenible de alimen-

tos. En este contexto, investigadores y la organización ambientalista Greenpeace

adviertendel riesgoque implica la liberación al ambiente de toneladas de nutrientes

sintéticos en forma de fertilizantes químicos usados en la agricultura industrial.

En el documento

Zonasmuertas: los ecosistemas del mundoamenazados por la

contaminación con fertilizantes

, los investigadores Omar Arellano, Ernesto García,

KirstenThompsonyReyesTiradoseñalanque lacontaminaciónpor nutrientesestá

poniendoenpeligronuestroaccesoal aguapotableenel futuro, debido, enparte, al

impactode los florecimientos algales nocivos (FAN) y a la formaciónde zonasmuer-

tas extensas y persistentes. El agua dulce es esencial para la vida humana, para la

agricultura y un recurso gravemente amenazado a nivel mundial.

Asimismo, el informe alertaque cada vezmás lagos, ríos y sistemas estuarinos se

han degradado con FAN y zonas muertas debido a un aumento en el uso de fertili-

zantes químicos, la producción ganadera, y el desarrollo de la acuicultura intensiva.

Del mismomodo, las aguas costeras ymarinas están siendo afectadas por la proli-

feración de algas y zonas muertas que limitan la vidamarina y destruyen la pesca y

la biodiversidad.

La producción de alimentos debe mantenerse, pero no bajo estas condiciones;

unmodelo agrícola que no cuida y preserva los ecosistemas es, además de impro-

ductivo en el largoplazo, totalmente insostenible.

Afortunadamente, la investigación aplicada y los avances tecnológicos nos

permiten conocer el impacto de lo que hemos hechomal, el origen de los errores y

cómo prevenirlos. Como nunca antes en la historia, contamos con el conocimiento

necesario para hacer de la agricultura una actividad rentable, sostenible y resiliente

ante fenómenos naturales que nopodemos evitar.

Cada vezmás, estamos expuestos a peligros naturales y crisis ambientales eco-

nómicas y sociales, desde la sequía, las inundaciones, los terremotos y las epide-

miashasta losconflictos, lasperturbacionesen losmercadosycrisismáscomplejas

y prolongadas.

En este contexto, y pese a lo que ocurra, hay un mundo que alimentar. En todo

el planeta, un 75 por ciento de las personas pobres y aquejadas de inseguridad

alimentariadependende laagriculturayde los recursosnaturalesparapoder vivir. Y

todos, requerimosdel trabajoarduodemillonesdeproductoresagrícolas, pecuarios

y pesqueros para tener alimentos cada día en nuestrasmesas.

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