Agroindustria

38 millones de ha, con malezas resistentes a herbicidas

Hasta 2012, un 34% de los agricultores estadounidenses habían detectado malezas resistentes en sus explotaciones

EU.─ Un artículo publicado a principios de 2013 en Farm Industry News, explicaba que el volumen de tierras de cultivo infestadas por malas hierbas resistentes (en este caso al glifosato) alcanzaba en Estados Unidos 61.2 millones de hectáreas.

Añadía que, en el año 2012, un 34 por ciento de los agricultores estadounidenses encuestados habían detectado este tipo de malezas resistentes en sus explotaciones. Esto demuestra, según estudios anteriores, la rapidez con la que las malas hierbas se introducen en los cultivos y el grave problema que ocasionan a corto plazo.

Las malas hierbas son el enemigo natural número uno de los agricultores, y si a esto le sumamos ahora que muchas de ellas son resistentes a la acción de uno de los herbicidas más utilizados en el mundo, el volumen de pérdidas se multiplica.

Dada la tasa anual de incremento de la resistencia, se calcula que en el año 2014, hasta 38 millones de hectáreas de campos de cultivo sufrirán este problema.

El doctor Andreu Taberner (coordinador CPRH. Responsable de Bones Pràctiques Fitosanitàries i Cobertura Vegetal Servei de Sanitat Vegetal, Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural), es uno de los más prestigiosos malherbólogos y, según nos explica, la resistencia de las malas hierbas a los herbicidas es una adaptación al efecto de estos productos: “Cuando se repite de forma continuada el empleo de los herbicidas se genera esta adaptación.

“Esto se produce en cultivos en los que se emplean herbicidas de forma reiterada ya sea porque los toleran muy bien o porque se emplea el monocultivo sin rotaciones. Por ello, los cultivos en que han aumentado son cereales de invierno, arroz, olivo y cítricos, entre los más importantes.”

Los herbicidas actúan siempre en el interior de la planta. En el proceso seguido desde que el herbicida entra en la planta hasta que llega a su lugar de acción y produce los efectos la mala hierba puede adaptarse para intentar sobrevivir. Así, en ocasiones evita la absorción del herbicida o su transporte o lo acumula y evita que llegue al lugar de acción donde deben actuar o, finalmente, es capaz de metabolizarlos y hacer que no puedan realizar su actividad fitotóxica. Por tanto, las plantas disponen de numerosas vías por las que pueden evolucionar y generar individuos resistentes.

Los mecanismos de resistencia pueden estar relacionados con el lugar de acción o no. En el primer caso se trata de mutaciones que hacen que el herbicida no pueda reconocer el lugar donde debe actuar. En el segundo caso lo más frecuente es que los individuos resistentes sean capaces de metabolizar el herbicida. Un mismo individuo puede presentar uno o varios mecanismos de resistencia tanto relacionados como no con el lugar de acción.

Fuente: agronoticias.es

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