Agroindustria

En el campo de la floricultura México tiene un gran potencial, gracias a las favorables condiciones climáticas de algunas regiones para el desarrollo de la actividad y la cercanía geográfica con Estados Unidos, segundo consumidor de flores en el mundo, lo cual le permite enviar su producto vía terrestre y mantenerlo en agua, garantizando la calidad de éste, lo que no pueden hacer países que son grandes productores.

Sin embargo, frente a este positivo panorama los productores deben consolidar su organización productiva, alcanzar altos grados de tecnificación, donde se requieren fuertes inversiones, y emplear adecuadas prácticas en el cultivo y manejo poscosecha de flores, por medio de la capacitación.

La posibilidad de crecer en este sector en el ámbito local es amplia. Hacia el mercado exportador es complicada, ya que naciones como Holanda y Alemania tienen una tradición de varios años que los ha llevado a ocupar los primeros lugares en el mundo.

“Es una industria de mucho tiempo en Europa y muy joven en México. No podemos entrarle. El tren va en marcha y cuando nosotros estamos subiendo al negocio de la producción ellos se montan en el de desarrollar tecnología, insumos, liberación de variedades, domesticación de especies silvestres; van adelante”, afirma Marco Ramírez Ponce, director técnico corporativo de Visaflor.

Entre los factores que inciden en el atraso de la floricultura mexicana está el desarrollo económico del país y la reciente integración de México a la globalización.

Visaflor es la empresa mexicana más grande y consolidada como productora profesional, empero tiene una desventaja de casi 15 años en relación con Colombia, que a su vez tiene un atraso en comparación con Europa.

Los productores y especialistas consultados coinciden en que el cambio en la floricultura mexicana se está dando, pero va a tomar tiempo, porque no existe necesidad debido a que el mercado local es muy grande y continuará siendo importante.

México sólo exporta 15 por ciento de su producción y el resto lo destina al mercado interno, pero si se lo propone en cinco años puede cambiar la tendencia y exportar 40 por ciento, estima Dick van Raamsdonk, presidente de HPP International Group BV, empresa organizadora de las ferias florícolas más importantes del mundo.

Limitantes para el crecimiento

Una de las limitantes para el crecimiento de la floricultura es que los pequeños productores no pagan el derecho por utilizar variedades, por lo que los hibridadores de Holanda, Francia y Alemania no muestran interés en introducirlas a México, lo cual ofrecería nuevas opciones para compradores nacionales e internacionales.

Gustavo Íñiguez Jiménez, director técnico corporativo de Visaflor, apunta que el problema es que hay al menos 15 empresas “serias que pagan derechos por utilizar variedades”, pero los pequeños productores las reproducen y no pagan nada. Las nuevas variedades en dos años ya están en todo el mercado. Tan sólo en rosas la piratería se estima en 50 por ciento.

La desventaja es que mientras que a una empresa formal le cuesta 2.40 dólares una planta de rosa, los pequeños productores la reproducen con 40 centavos de dólar y “te chotean tus variedades.”, indica.

Por eso, dice Gustavo Íñiguez, tratamos de que las variedades nuevas entren primero a Estados Unidos y en menor medida al mercado local, pero no a la Central de Abasto o al mercado de Jamaica, porque ahí inmediatamente toman la jima y la reproducen, aunque quien lo hace no puede exportarlas.

Matiza: “Quienes reproducen las variedades son pequeños productores que tienen de una hectárea a cinco y la actividad es su sostén familiar.”

Por otra parte, las empresas extranjeras observan a las aduanas mexicanas como un “gran cuello de botella”, por lo que piensan que el sistema debe ser más flexible y dinámico para dar mayores facilidades a la entrada de material vegetativo –esquejes o bulbos–, ya que si se tarda pierde sus propiedades para crear un producto de mejorar calidad.

El mercado de exportación

En entrevista con 2000Agro, Dick van Raamsdonk apunta que dadas las condiciones de México, el precio de la flor se vuelve muy competitivo, ya que a diferencia de otros países que envían su carga por avión, en este caso se hace vía terrestre. Además, la calidad del producto es mejor porque no se manda en cajas cerradas, sino en agua.

Asevera que en la medida que nuestro país firme tratados donde haya protección para variedades y marcas, los hibridadores empezarán a introducir más producto, pues por ahora no cuentan con ninguna garantía.

Hay que mencionar que actualmente existe una ley de patentes que está por liberarse, que protegería a los hibridadores y a las empresas que compran sus derechos.

Dick van Raamsdonk calcula que con ayuda del Consejo Mexicano de la Flor (CMF) en un año habrá un avance, animando a los productores a que paguen derechos de uso de los nuevos materiales. También se necesita el auxilio del gobierno, sólo así se avanzará paulatinamente, “porque hoy en día los productores no quieren pagar por derechos de uso de esas variedades”.

En el futuro –augura– los productores mexicanos podrán crecer y alcanzar mejores calidades de exportación. Para ello, tendrán que definir si quieren producir para el mercado interno o de exportación.

Si se deciden por la exportación debe haber un cambio de mentalidad, toda vez que se necesita invertir, lo que quizá sea una decisión difícil para los productores pequeños, pero pueden unirse.

Si optan por quedarse en el mercado local también es aconsejable que crezcan para tener mejor producto, porque en el futuro los consumidores sabrán diferenciar entre una flor de buena calidad y otra de mala.

México requerirá firmar tratados de protección para nuevas variedades y que el resto del mundo empiece a introducirlas y comience un crecimiento que permita a los productores ampliar su mercado exportable.

Otro aspecto importante será promover el consumo de flores y la creación de sistemas de información para saber qué está pasando en el mercado, tanto mundial como nacional. Asimismo el CMF tendrá que fortalecerse para convertirse en el organismo rector de esta actividad.

Hoy en día hay pocas compañías en México que están exportando, “son muy grandes y buenas”, por lo que sí hay futuro para este sector, reitera el presidente de HPP International Group BV.

Los productores –remarca– sí tienen la posibilidad de desarrollarse, porque hay un nuevo gobierno, que generalmente trae cambios y nuevas oportunidades. “En el ambiente internacional he escuchado de extranjeros su intención de venir a invertir en México, de ahí puede derivarse una muy buena posibilidad de crecer.”

Inversionistas

Productores estadounidenses han mostrado interés en invertir en México, porque la tierra y la electricidad son más baratas, además de que las leyes son menos rigurosas, aun cuando la mano de obra no es ya tan asequible, expone Dick van Raamsdonk.

Empero, acota, eso está bien si México quiere que los extranjeros vengan y hagan dinero, pero los mexicanos deben tener cuidado porque al mismo tiempo estarán perdiendo oportunidades de realizar exportaciones, de hacer negocios en el mundo, de invertir en otras partes y tener participación en este mercado.

Advierte: “Si los productores de flores mexicanos se esperan demasiado, los extranjeros van a venir a tomar todas las oportunidades y el control del mercado.”

En este sentido, recuerda que en Holanda, 60 por ciento de los floricultores no son holandeses. Aquí puede suceder lo mismo. Está bien que vengan a invertir, hay más trabajo, pero los productores se tienen que apurar, “si México es para los mexicanos, no deben tardarse mucho”.

Aclara que no hay ninguna amenaza ni razón para que los productores mexicanos tengan temor por la inversión extranjera, al contrario tienen que estar abiertos y entre más extranjeros vengan más aprenderán y podrán colocar a México en el mercado de la flor, ya que crecerá más rápido.

En Ecuador hay muchos productores extranjeros, pero los floricultores han crecido. La inversión externa es como un fertilizante para la industria.

El mercado

Sin duda, en los próximos años el motor de la floricultura será el mercado, ya que los consumidores cada vez se involucran más en el conocimiento de las variedades.

El consumo per cápita de flor hoy en día es muy bajo en México, pero sí tiene posibilidades de aumentar.

El productor tendrá que ajustarse a las necesidades del comprador. El tipo de consumo que predomina actualmente es el ceremonial (quince años, bodas, matrimonios). Sin embargo, los productores promueven el “consumo personal” de la flor (por gusto) en supermercados.

Los especialistas remarcan que México debe apurarse a desarrollar su floricultura, ya que entre más tiempo esperen los productores, las oportunidades para el mercado extranjero serán mayores. Si no se hace esto en un periodo rápido se perderá la oportunidad de que algún otro país aproveche y exporte a Estados Unidos, mercado natural de la nación azteca.

Se repite la historia

Hace 30 años –recuerda Marco Ramírez– inició el proceso de hibridación. Las empresas en el mundo se han desarrollado y tienen grandes avances en la obtención de variedades. Es un buen negocio para muchos buscar especies de valor ornamental en la flora silvestre de muchos países y después domesticarlas.

Por ejemplo, la dalia, que es de origen mexicano, ha sido mejorada por hibridadores. No es una flor de corte importante, pero es uno de los materiales genéticos que ha salido de México al mercado ornamental del mundo.

La bombardea es una flor silvestre. Se llevaron el material, lo mejoraron genéticamente, desarrollaron una técnica de cómo producirla intensivamente y nos la regresan con una variedad patentada y un sistema tecnológico de cómo se debe producir. “No tenemos una visión de esto. Obviamente ellos tienen una ventaja de años en el negocio”, lamenta Marco Ramírez.

Perspectivas de la floricultura mundial

En los próximos años Holanda podría bajar en su posición, porque hay países como Kenia, Zimbabwe, Ecuador, Colombia y México que tienen alto potencial para crecer.

Kenia tiende a desarrollar rápidamente la producción de flores y tiene alto potencial. Holanda es un país pequeño y sólo puede cultivar un determinado número de flores por metro cuadrado y no podrá crecer más en producción, pero seguirá siendo el número uno en el empleo de tecnología y la obtención de nuevas variedades.

En el ámbito mundial México no es tan importante, pero en exportaciones a Estados Unidos y Canadá podría ocupar el tercer o segundo lugares, por las ventajas competitivas que tiene respecto de Ecuador, Colombia y Chile, que envían su mercancía por avión. Los precios de México siguen siendo inmejorables, además hay competitividad en costos de tierra con los productores estadounidense de California.

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