La situación actual de los cafetaleros de Veracruz es “dramática”, expuso el investigador en el tema y profesor de la Facultad de Economía de la UV, Rey Acosta Barradas
XALAPA, VER. (MÉXICO).— De acuerdo con el calendario agrícola, este mes es el de mayor actividad en la cosecha de café del ciclo que corresponde a 2009-2010. Sin embargo, “no hay grandes sorpresas”, afirmó el investigador en el tema y profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana, Rey Acosta Barradas.
Acosta Barradas abundó que la situación del café es un problema estructural, “de mayor fondo y no hay que esperar grandes cosas. A lo mejor repunta un poco el precio y eso hará que se venda el grano a un precio mejor, pero no va a pasar gran cosa”.
Agregó que el precio en el mercado del aromático también depende de lo que ocurra en países como Brasil. Respecto al problema estructural del grano criticó que “no ha sido atendido con la responsabilidad y decisión adecuada”.
El investigador enfatizó que en Veracruz se requiere incrementar la calidad del café, pero ésa inicia desde que se produce, desde el momento en que se siembra un cafeto. Detalló que el proceso de producción del grano es meticuloso y requiere cuidado, de lo cual depende su calidad.
—Entonces, ¿no se produce un café de calidad en Veracruz?
—No ha sido con la calidad que se espera.
Agregó que en Veracruz sí se produce café de calidad, pues obviamente hay fincas muy buenas, pero la diferencia entre éstas y las que no obtienen cosechas de calidad es que “el proceso es cuidado, vigilado, se limpia, se realizan las podas, se verifican las plagas, se fertilizan los suelos, a lo mejor con fertilizantes orgánicos, y la otra está montosa, no se chapea, no se limpia, no se hace nada, la primera dará un grano más robusto, la otra no”.
Remarcó que de la propia calidad del café depende que se coloque en mercados más selectos, mejor cotizados, o simplemente, en el mejor de los casos, termine vendiéndose al coyotaje.
—¿A qué obedece el descuido en la producción del café?
—El café dejó de ser negocio cuando desapareció en Instituto Mexicano del Café (Inmecafé), dejó de ser negocio cuando la industria se liberó completamente y se dejó al mercado, en ese momento muchos cafetaleros ya no tenían ingresos para invertirle a sus fincas, ésas fueron abandonadas o vendidas, la mano de obra emigró. Entonces entramos en un proceso de deterioro de fincas.
—¿En qué medida afectó a los productores de café veracruzanos?
—Fue brutal, la restructuración que sufrió la cafeticultura en Veracruz fue muy dramática, los cafetaleros se quedaron solos, desmantelaron a la agroindustria.
Abundó que en Veracruz se sembraron cafetales a mil 500 metros sobre el nivel del mar (snm), pero también en zonas más bajas (de 600 a 800 metros snm), en éstas “el abandono es casi total. Los cafetales por abajo de los mil metros muestran un abandono muy alto, por ejemplo Misantla, Tlapacoyan, Jalcomulco, Tuzamapan”.
Agregó que el clima en las zonas por debajo de los mil metros snm no es tan benévolo para los cafetos, lo que influye en la calidad del grano, sumado a la desaparición del Inmecafé.
Remarcó que las fincas en algunas zonas son casi extintas porque ya no hay quién les compre la cosecha, pues anteriormente el Inmecafé se las compraba, a la fecha los cafeticultores no tienen a quién venderle. “A quién le van a vender si su café ya está de cortar. Pues al que llegue, esto favoreció el coyotaje y que los precios se cayeran más.”
Acosta Barradas dijo que la crisis del café es tal que en ocasiones no reditúa ni para pagarle al cortador. Por eso optan porque se pudra la cereza en la planta.
—¿Qué se requiere ahora?
—Que aquellas fincas que estén en suelos apropiados para el cultivo del café y puedan rescatarse, sean impulsadas bajo un programa de apoyo (gubernamental) que financie el proceso, con el estricto compromiso de que la producción será vigilada, la finca tiene que producir café de calidad, de no ser así, no será rentable, y estos cafés se venden bien en el mercado nacional e internacional.
Fuente: Diario del Istmo
