Agroindustria

El olivo, poco explotado en México

No obstante que el cultivo del olivo tiene un gran potencial comercial que puede generar grandes utilidades si se le da un valor agregado, en México enfrenta problemas como el clima, la falta de financiamiento, un mal manejo de las huertas y algunas plagas.

El olivo tiene dos vertientes que pueden ser explotadas: el aceite de oliva y la aceituna aderezada. A su vez, existen diferentes variables de la aceituna.

El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias (INIFAP) considera que el olivo es la base de una industria tradicional y en crecimiento en Europa, por lo cual es necesario impulsarla en el país para que pueda competir con la calidad del producto europeo, cuando menos en el mercado nacional.

Importancia económica

En México, sólo Baja California y Sonora son zonas de importancia económica en cuanto al cultivo del olivo se refiere. La primera ha presentado un comportamiento de oscilaciones con una tasa de crecimiento de 9.4 por ciento. La menor superficie cultivada se presentó en 1992 y 1993 con 3,394 toneladas.

Por su parte, en Sonora la superficie sembrada durante 10 años (1990-1999) ha presentado una tendencia al alza con un total de 825 hectáreas, que representan 44.3 por ciento de incremento.

La empresa Campanas del Desierto es la más importante compañía que apoya a los productores y cuyo tipo de financiamiento tiene como objetivo que los agricultores cuenten con el producto necesario para desarrollar el árbol, para gastos de combustible y que incrementen el rendimiento.

Para dicha empresa, el rendimiento que se logra en México es bajo, en comparación al que se obtiene en California, Estados Unidos, que es de 10 toneladas por hectárea. Sin embargo, la empresa confía en que muy pronto se puedan alcanzar las 10 toneladas por hectárea promedio.

Un factor muy importante para lograr mayores rendimientos consiste en que mientras más viejo sea el árbol, mayor será el rendimiento. Campanas del Desierto considera que cuando comenzaron a comprar en México, el mercado era inseguro y no había motivación, además de escaso conocimiento acerca del manejo del olivo.

Las principales industrias que procesan la aceituna para aderezo son Ibarra y Búfalo, en tanto que aceite sólo la primera. Ibarra procesa para aderezo entre 100 y 200 toneladas al año y Búfalo hasta 500 toneladas.

En conclusión, el cultivo del olivo, que en Europa es la base de una industria tradicional y creciente, puede ser impulsado en México y llegar a competir con calidad. El uso más típico del aceite de oliva es en la elaboración de aderezos para ensaladas y se utiliza ampliamente en la cocina internacional, como la española, griega e italiana.

Zonas productivas

La franja de producción del olivo se localiza en el norte de África y el sur de Europa (cuenca del Mar Mediterráneo); en América, en el sur de Estados Unidos y norte de México. En el hemisferio meridional se puede cultivar en Chile, Argentina y una parte de Brasil. Por último, también se puede cultivar en algunas partes de Australia.

En México, la región de Caborca, Sonora, se encuentra en el límite inferior, lo que provoca que tenga años muy productivos (hasta 15 toneladas por hectárea) y otros muy improductivos. En contraste, Ensenada presenta una producción muy estable, debido a que tiene mejores condiciones de clima.

Un cultivo exigente

El clima es un factor muy importante en el cultivo del olivo. Soporta la sequía, no se muere, pero tampoco produce, por lo que requiere de cierta humedad. De hecho puede resistir climas adversos todo el año, pero durante la floración las condiciones de humedad y temperatura deben ser óptimas, puesto que el polen es muy delicado y sin éste no hay amarre del fruto.

Una de las principales recomendaciones que hacen expertos de la Sagarpa consiste en que para el cultivo del olivo se debe manejar el nitrógeno en muy bajas cantidades y con suficiente agua. Esto se refiere a los primeros riegos. La aplicación de nitrógeno estimula el desarrollo de la flor, el amarre de frutos.

Por ejemplo, en la región de Caborca la aplicación de una dosis de 100–150 kilogramos por hectárea arrojó una producción de 8 toneladas por hectárea de aceituna con buenas características de calidad. Se requiere cerca de un kilo 250 gramos de nitrógeno por árbol para producir un kilogramo de aceituna.

El fósforo y el potasio son requeridos en bajas cantidades, el magnesio repercute en la fertilidad de las flores femeninas y, por consiguiente, en su producción. La materia orgánica mejora la estructura del suelo, activa la vida microbiana y favorece la asimilación de los elementos nutritivos por la planta. Además, estimula la retención hídrica del suelo.

En cuanto a la polinización, es importante que el árbol cuente con suficientes carbohidratos, buena madera productiva y un fuerte enriquecimiento de boro y potasio.

Por otra parte, si no se efectúa con regularidad la poda, el árbol del olivo puede llegar a medir más de 10 metros de altura y esto complica su cosecha. Un árbol no debe exceder de 3.5 o 4 metros de alto y el diámetro de sombra debe ser de entre 5 a 5.5 metros.

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