Agroindustria

Gossypium hirstium (Alias: algodón americano)

El algodón es el tejido con los usos más generalizados, es fresco, ligero, absorbente, fácil de conservar y admite los procesos de blanqueado y teñido

Los primeros escritos del algodón son textos hindúes, himnos que datan mil 500 años a. C. y libros religiosos de 800 años a. C. Los especímenes más viejos de productos fabricados con algodón datan desde unos tres mil años a. C.

En la Edad Media, la industria algodonera fue mayoritariamente española y continuó su importancia en Andalucía, era tan abundante su cosecha que alimentaba los telares catalanes y los de la industria italiana de Livorno o Liorna.

No fue al principio un producto popular por su alto precio: solo las familias pudientes se lo permitían, y desde luego apenas trascendió a la España cristiana, donde era casi desconocido.

En México la primera región en la que se cree que se cultivó el algodón fue en Veracruz. Se tenía una producción en el siglo XVI de 116 millones de libras, pero disminuyó al llegar los españoles.

Distintas características hacen del algodón un producto único: sus fibras son blandas y aislantes, resisten la rotura por tracción como para permitir la confección de tejidos, admiten el blanqueado y teñido.

Es un arbusto pequeño, de flores amarillas y cuyo fruto capsular, dividido en un número de valvas que oscila entre tres y cinco, contiene una serie de semillas rodeadas por prolongaciones filiformes blancas y rizadas, que constituyen las fibras de algodón. Al madurar las semillas, la cápsula se abre y las fibras se proyectan al exterior. Entonces diera la impresión de que sobre la planta hubieran quedado un conjunto de copos de nieve que dan un singular y llamativo aspecto a las plantaciones.

Un cultivo de algodón, no es solo importante desde el punto de vista de la industria textil, ya que aparte de las fibras, también se utiliza la cáscara de la semilla para forraje de ganado, la harina como alimento en ganadería y fertilizante agrícola, el aceite extraído de la semilla para la preparación de margarinas, cosméticos, jabones y glicerina.

La transformación del algodón requiere la ejecución de una serie de operaciones como son el pizcado, en el cual se extienden los copos y se limpian de impurezas, el cardado, el peinado y el estirado, hasta la obtención de la fibra utilizada para la hilatura.

Con esta fibra se confeccionan gran variedad de tejidos, que difieren en cuanto a tamaño, peso y uso. Se emplea para elaborar gasas médicas para vendajes finos, para lonas, telas especiales para encuadernación, incluso, para fabricar paraguas y prendas impermeables.

Cada fibra está compuesta con 20 o 30 capas de celulosa, enrolladas en una serie de resortes naturales. Cuando la cápsula de algodón (o cápsula de las semillas) se abre, las fibras se secan enredándose unas con otras, siendo entonces ideales para hacer hilo.

El algodón es un cultivo muy apreciado debido a que solo el 10 por ciento de su peso se pierde en el proceso de producción. Su pulpa es ordenada para proporcionar al algodón propiedades únicas, de durabilidad, resistencia y absorción.

Si bien es la fibra más común en la actualidad, fue la última fibra natural en alcanzar una importancia comercial. Aunque los antiguos griegos y romanos la utilizaban para toldos, velas y prendas de vestir, en Europa su uso no se extendió hasta varios siglos después.

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