Agroindustria

Monsanto redobla su apuesta en disputa por regalías

El fabricante de semillas viene analizando con el gobierno de Argentina un plan de cobro de regalías que, en su opinión, son necesarias para recuperar la inversión en la soya genéticamente modificada

monsanto-redoblaBuenos Aires.— La disputa de Monsanto Co. con Argentina por los pagos de regalías por semillas subió un nuevo escalón el martes cuando el gigante agrícola estadounidense decidió cancelar sus planes para lanzar nuevas semillas de soya en ese país y anticipó la posibilidad de retirar otras que ya vende.

El fabricante de semillas viene analizando con el gobierno de Argentina un plan de cobro de regalías que, en su opinión, son necesarias para recuperar la inversión en la soya genéticamente modificada que puede repeler destructivos gusanos o resistir herbicidas.

Pero los funcionarios agrícolas de Argentina han cuestionado el esfuerzo de Monsanto de cobrarle a los agricultores.

“Aunque el gobierno de Argentina ha expresado ante nosotros su compromiso de apoyar un entorno propicio para la inversión continua y el desarrollo a largo plazo de la agricultura a través del reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual y el reconocimiento de los contratos privados, las recientes acciones no son coherentes con esa posición”, dijo en un comunicado Brett Begemann, presidente de Monsanto.

El Ministerio de Agroindustria de Argentina declinó comentar el martes.

El mes pasado, el ministro Ricardo Buryaile dijo que la compañía estaba jugando duro con una nueva administración que estaba tratando de resolver el asunto. “No se puede poner en la cabeza una pistola a un gobierno a cuatro meses de haber asumido”, dijo Buryaile.

Argentina es uno de los mayores mercados internacionales para las empresas agrícolas de Estados Unidos, pero el país ha atravesado problemas económicos. Argentina produjo el año pasado aproximadamente el 13.6 por ciento de los cultivos transgénicos del mundo, y las ventas de semillas y pesticidas en 2015 generaron aproximadamente un 5.8 por ciento de las ventas globales de Monsanto, de 15 mil millones de dólares. La empresa no revela las ventas de semillas de soya en el país.

Monsanto, que tiene sede central en St. Louis, estado de Missouri, ha tenido problemas para preservar la protección de los genes de sus semillas en Argentina.

Las patentes sobre una versión anterior de la soya genéticamente modificada, diseñada para resistir el herbicida Roundup de Monsanto, no se aplicaron allí y las semillas fueron ampliamente replicadas. Monsanto ha dicho que no espera recaudar las regalías correspondientes a esas semillas.

Posteriormente, Monsanto llegó a un nuevo acuerdo con Argentina que le permitió cobrar por adelantado a los agricultores por los genes de la soya o cobrarles a los productores en el momento de vender sus cosechas a los elevadores de granos y terminales de exportación.

Sin embargo, nuevas resoluciones de Ministerio de Agricultura de Argentina, bajo la administración del presidente Mauricio Macri, plantearon interrogantes sobre si el gobierno permitiría que las compañías continuaran analizando los granos en busca de los genes de Monsanto para luego cobrarles las regalías a los productores.

Monsanto ha argumentado que esas resoluciones no son válidas porque sus genes de soya están patentados.

Ahora, la compañía no lanzará en Argentina un nuevo tipo de semilla de soya, llamado Roundup Ready 2 Xtend, diseñada para resistir un herbicida más potente, y que Monsanto tenía previsto comenzar a vender en octubre. Monsanto prevé continuar la venta de semillas de Intacta RR2, que soportan glifosato y repelen los gusanos, aunque está revisando ese negocio y también podría retirar esas semillas, indicó.

Dardo Chiesa, presidente de Confederaciones Rurales de Argentina, que representa a unos 120 mil agricultores, señaló que Monsanto está tratando de lograr que el gobierno aplique una ley de patentes en lugar de la ley de semillas de Argentina, lo que podría permitir a la empresa cobrar reiteradamente por regalías.

El modelo actual, dijo, está generando disputas legales entre los agricultores, las empresas de almacenamiento de granos y los exportadores.

“Si Monsanto quiere venir a Argentina y armar lío en el mercado, entonces no deben venir en absoluto”, dijo. “Si esta disputa continúa va a terminar en manos de abogados y cada vez que eso sucede, todo el mundo pierde. Para la próxima cosecha, tendremos que debatir una nueva ley.”

Monsanto enfrenta un desafío similar en la India. Allí, el Ministerio de Agricultura implementó este año un tope a los precios que Monsanto y su socio local, Mahyco, pueden cobrar como regalías sobre las semillas biotecnológicas de algodón, ante lo cual las empresas dijeron que se verían obligadas a reevaluar sus negocios en el país.

Fuente: El Periódico de México, imagen

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