Los productores algodoneros de San Pedro, están tomando todas las precauciones necesarias para que la “goma” que genera este insecto no vaya a manchar la fibra blanca
SAN PEDRO, COAH. (MÉXICO). — En comparación con el año pasado, en 2009 se disparó considerablemente la incidencia de mosquita blanca no sólo en los predios sembrados de algodón, sino también en el área conurbada de este municipio.
Los productores algodoneros están tomando todas las precauciones necesarias para que la “goma” que genera este insecto no vaya a manchar la fibra blanca.
Precisamente, desde hace dos semanas, se ha notado la presencia de dichos insectos, no sólo en los predios agrícolas señalados sino en las calles del primer cuadro de la ciudad.
La mosquita se nutre de las hojas de las plantas y dejan sus heces que se convierten luego en una secreción gomosa que termina con la pudrición de las mismas.
“Cada vez se observa más mosca blanca, lo bueno es que muchos productores algodoneros, ya están por terminar sus cosechas, nada más les va a faltar una segunda pizca de pepena, pero todavía hay quien no ha levantado sus cosechas y es donde el insecto podría afectar los predios, manchando la fibra y después ya no la van a comprar”, expresó Francisco Javier Trujillo, del ejido San Isidro.
La lluvia es buena, porque ahuyenta a la mosquita blanca, sin embargo, muchos productores ya han realizado la aplicación de los agroquímicos Tildan, Bidac y Muraya que disuelven en sulfatos y que tiene un costo de alrededor de 300 pesos cada uno, más la mano de obra de 500 pesos.
Por su parte, el Jefe del Departamento de Sanidad Vegetal del Centro de Atención al Desarrollo Rural (Cader), dependiente de la Delegación Regional de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en la Comarca Lagunera, Antonio Martínez Cepeda, dijo que la mosquita blanca es hospedera de varias plantas como los lirios, geranios, virginios de río y en los desechos de hortalizas, en este caso de melón y sandía.
Por eso exhortó a que los productores hortícolas se deshagan de esos desechos al término de sus cosechas, porque el insecto es muy impredecible.
Quienes están en situación de riesgo de que la mosquita blanca afecte a la fibra blanca con su “goma”, son los que sembraron tardíamente y apenas van a cosechar, a menos que la combatan con los agroquímicos señalados.
Familias completas se dedican a la pizca del algodón
Para poder hacerse de algún ingreso y mantener a sus respectivas familias, sampetrinos que desde el año pasado perdieron sus trabajos por el cierre de maquiladoras, se están dedicando a la pizca de algodón. Se llevan a su familia ante la falta de oportunidades de empleo en este municipio.
Alejandro Rodríguez Sánchez y su esposa decidieron hacer una pausa, para almorzar unos “burritos” de frijoles, acompañados de agua, para enseguida continuar con su pesada labor, pues tenían que pizcar entre 50 y 60 kilos cada uno para poder conseguir, cuando menos 100 o 120 pesos entre los dos y de esta manera, llevar algo de dinero para mantener a sus cinco hijos, todos en edad escolar.
Las jornadas son largas, de las ocho de la mañana a las tres o cuatro de la tarde, aunque a veces hay que hacer “tardeada”, para obtener un dinero extra, pero es una labor muy cansada para los pizcadores.
“No importa, yo era empleado de una de las maquiladoras que cerraron en julio de este año, trabajé tres años ahí y no ganaba mucho, pero cuando menos era un sueldo seguro cada semana, teníamos seguro pero ahora, ya ni hay trabajo ni en la obra… aquí no hay trabajo, estamos amolados”, expresó Rodríguez Sánchez.
En este año se están agregando a las flotillas de pizcadores, no sólo los clásicos ejidatarios o campesinos, sino ahora también, el ciudadano común ante la difícil situación que está viviendo este municipio al no contar con suficientes fuentes de empleo, pues en el lapso de un año se cerraron cuatro maquiladoras textileras.
Fuente: Milenio Torreón
