Hay en puerta un proyecto mundial para generar plantas resistentes a la enfermedad del amarillamiento letal en cualquier parte del planeta
Yucatán, México.— Yucatán vivió una de sus grandes glorias con el oro verde, el henequén, y ahora busca resurgir con el oro blanco, el coco, industria de las de mayor crecimiento a escala mundial, donde el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) es punta de lanza al contar con la micropropagación, técnica de clonación única en su tipo en el orbe y que ha llamado la atención de los grandes países productores de América y África.
Incluso hay en puerta un proyecto mundial para generar plantas resistentes a la enfermedad del amarillamiento letal en cualquier parte del planeta, lo que situará a Yucatán en el ombligo del mundo.
A diferencia del henequén, que sucumbió ante el avance de los plásticos, el cocotero es una planta útil en todas sus partes y que tiene gran auge no sólo por sus propiedades alimenticias, sino también por su fibra que incluso se utiliza en la industria automotriz, donde cada vez tiene mayor presencia.
Como el ave fénix, el cocotero busca renacer de sus cenizas y el CICY es su bastión. Con el desarrollo de Cancún, Quintana Roo, en 1970 llegó a Yucatán el amarillamiento letal desde Florida, oculto entre los pastos que adornaban los grandes hoteles, y con la presencia del vector propagador, los “chicharitos”, rápidamente se propagó y en poco tiempo acabó con la planta en la península, compuesta de cocoteros Alto del Atlántico, el más susceptible a la enfermedad.
El INIFAP y el CICY entraron al quite, el primero creando híbridos resistentes de plantas madres de cocoteros Enano Malayo y de Alto del Atlántico, mientras que el segundo se dedicó a estudiar la enfermedad, en la búsqueda de plantas resistentes y en su producción por medio de la clonación.
Los híbridos han sido un alivio, sin embargo enfrentan un problema, sus semillas no son buenas para reproducirse ya que tienen características muy heterogéneas, de ahí la importancia del CICY en su clonación mediante la micropropagación, que ha resultado muy eficiente y práctica, a diferencia de los ensayos realizados en Inglaterra, Francia, Filipinas, India y Sri Lanka, donde ha fracasado.
El líder del proyecto en el CICY, Carlos Oropeza Salín, señaló que a través de años de estudio con 18 poblaciones de cocoteros en San Crisanto, detectaron plantas resistentes a la enfermedad: Enano Malayo Amarillo, Rojo y Verde, Alto del Pacífico y los híbridos del INIFAP, que de entrada han servido para repoblar las plantaciones en Colima, Guerrero y Michoacán, y ahora en Veracruz. Incluso ya se trabaja con una planta traída de África, dando por resultado una palma resistente no sólo para América sino también para ese continente. Ahora se busca hacer lo mismo con Asia.
Fuente: La verdad de Yucatán
