El embargo de alimentos perecederos por parte del gobierno ruso a la UE se prolongará un año y medio más, llegando hasta finales del próximo año
Madrid.— El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, anunció el pasado 27 de mayo que su gobierno prorrogará un año y medio más el embargo de los alimentos perecederos (lácteos, pescado, frutas, hortalizas y carnes de porcino y vacuno), de la Unión Europea. Anuncio ante el que las organizaciones agrarias españolas reaccionaron y reclamaron a la UE más esfuerzos para acabar de una vez con este veto comercial.
Una decisión que parece ser definitiva en contraposición a las sanciones adoptadas contra Rusia por su papel en la crisis de Ucrania, que expiran el próximo 31 de junio, a pesar de que los Veintiocho todavía no se han pronunciado sobre si van a prorrogarlas o no. Y es que todo indica que, pese a la oposición más o menos clara de algunos países europeos, entre ellos Hungría, Grecia e Italia, la Unión Europea mantendrá tales sanciones al considerar que Moscú no se esfuerza por cumplir los Acuerdos de Minsk para solucionar dicha crisis.
Como único punto positivo, por catalogarlo de alguna manera, dentro de esta decisión de prorrogar el veto, la lista de productos europeos prohibidos a la importación no se ampliará, según aseguró el ministro de Agricultura ruso, Alexandr Tkachiov. Mientras tanto, la UE tiene previsto abordar nuevamente en junio las sanciones económicas contra Rusia, antes de que expiren el día 31, pero el precedente anunciado por Medvédev no hace presagiar buenas noticias.
El sector agroalimentario de la Unión Europea es un rehén político de una situación creada a raíz de las demandas realizadas a Rusia, y no cumplidas, de los acuerdos de Minsk entre Kiev y los rebeldes pro-rusos. Daños colaterales que afectan seriamente al comercio en prácticamente todos los países miembros. Por su parte, las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA solicitaron a las instituciones de la UE que aumenten sus esfuerzos y sus gestiones diplomáticas para que Rusia ponga fin al veto impuesto contra los productos alimentarios comunitarios.
Los representantes del sector agrario reaccionaron de forma muy crítica al anuncio del primer ministro ruso de prorrogar hasta finales de 2017 este embargo contra los alimentos perecederos de la UE. Así, el director de Relaciones Internacionales de Asaja, Ignacio López, señaló que el agricultor o ganadero sufre una vez más decisiones políticas “de las que no tiene culpa”, y espera que las autoridades de la UE “presionen” para que se termine ese boicot. Además, también defendió la importancia de apoyar la búsqueda de nuevos mercados, ante el temor de que Rusia sea un destino “irrecuperable” para los envíos españoles.
El veto comercial ruso iniciado en 2014 ha sacado a los productos españoles del mercado ruso y otros países como Marruecos se han aprovechado para “ocupar” ese hueco y consolidar su presencia allí en sectores como frutas y hortalizas, afirmó López.
Por su parte, Andrés Góngora, responsable del sector de frutas y hortalizas de COAG, explicó que estas producciones no han conseguido encontrar alternativas suficientes al cierre del mercado ruso y el comercio dentro de la UE se ha visto “forzado”, como consecuencia del incremento de oferta, con crisis de precios. Además, afirmó que las medidas emprendidas por la UE para compensar a los agricultores por las pérdidas han sido “infructuosas”, algo que no ha valido para estabilizar los mercados.
Con un aire más crítico ante esta situación, la organización agraria UPA manifestó en un comunicado que no se extraña “de la decisión de Moscú, porque nadie ha hecho nada por solucionar el embargo, así que estamos en manos de Rusia y de su política de castigo absurdo e injusto al sector agroalimentario”.
De hecho, su secretario general Lorenzo Ramos, pidió en una reunión de agricultores europeos, en Ámsterdam, hacer un “frente común” para exigir a las instituciones comunitarias que comiencen un diálogo diplomático al más alto nivel, con el único objetivo de recuperar este mercado tercero tan “importante para el sector agroalimentario comunitario”.
Fuente: Europa Press, imagen
