Agroindustria

Xochimilco renace con sus chinampas llenas de flores y hortalizas

La abuelita Amalia, quien se dedica a la venta de flores y hortalizas, negocio transmitido de generación en generación, asegura que Xochimilco es un paraíso

Ciudad de México, 6 de enero de 2022.— Mi Xochimilco está tomando su segundo aire, recupera su belleza, sus chinampas nuevamente están llenas de hortalizas, flores, plantas y árboles frutales, dice doña Amalia Salas, al recibir su canoa que le entregó la alcaldía y que ocupará para transportar su carretilla, herramienta para sembrar, así como sus plantas y flores.

La oriunda del barrio de Caltongo, de 86 años de edad, recuerda que desde hace tres años los canales vuelven a tomar vida. “Hubo un tiempo que daba tristeza, pues muchas chinampas estaban tiradas. Hoy podemos divisar que está rejuveneciendo y se debe al apoyo que recibimos los agricultores, con abono, semillas, ahora con estas canoas”, afirma.

Doña Amalia o la abuelita Amalia como muchos la conocen, ya que nació en 1936, agrega que su chinampa está muy cerca de la laguna de Tezhuilo, la cual, asegura, es un paraíso.

“Estoy sembrando plantas medicinales, hortalizas y en medio tengo árboles frutales. También, tengo dos parcelas en el ejido, me las heredó mi abuelo. Este año me sembré 22 surcos de maíz. Al final, me recosté en la madre tierra, le agradecí porque nos da todo para alimentarnos.”

Sentada en la orilla de su nueva embarcación, continúa la charla: “Andábamos rentando un cayuco, ahora con nuestra canoa podemos transportar la carretilla, el azadón, pala, rastrillo y machete. También el abono y después las flores y las plantas”, dice.

Doña Amalia señala su rebozo y comenta: “Este fue la cuna de diez hijos. Hoy tengo 20 nietos, 23 bisnietos y tres tataranietos. A los cuales les cocino tlazcales, que son bolitas de masa con diente de león, malva, lechuguilla, hojas de rábano, ortiga, zanahoria, betabel, cilantro molidos y revueltos con manteca y sal, los cuales se acompañan con salsa de xoconostle.”

“Actualmente, los niños ya no quieren comer hojas verdes ni hortalizas. Este rico manjar se los cocinó y les gusta. Desde que se está sazonando en el comal huele rico y preguntan qué es. Apenas sale del comal se los comen con alegría”, finaliza.

(Fotografías: Xochimilco Prensa)

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