Conoce estas refrescantes bebidas originarias del estado de Oaxaca
Ciudad de México, 10 de octubre de 2019.— Te presentamos cinco bebidas oaxaqueñas que quizá no conoces:
Chocolate–atole. Es una bebida que los zapotecos de los Valles Centrales consideran importante para el desayuno y fechas especiales. Es tan singular que su preparación suele comenzar con días o meses de antelación. Para empezar, los granos de cacao deben de fermentar por seis meses en hoyos en el piso; luego habrán de ser lavados y secados a la sombra. Una vez que el cacao está listo, y sin la cáscara, se le debe tostar y mezclar con maíz previamente molido en el metate para hacer una pasta que puede —o no— ir endulzada. Todo el esfuerzo culmina en una bebida ligeramente densa y refrescante.
Pozontle. Esta refrescante bebida con delicado sabor a cacao, está compuesta por una mezcla de agua, semillas de cacao, cocolmeca (una planta que crece en la Sierra Norte), piloncillo y maíz quebrado. La tradicional receta zapoteca proviene del municipio de Villa Hidalgo Yalalag, donde se consume en fiestas patronales o fechas especiales.
Agua de taberna. Desde hace más de 40 años, José Luis Toledo Morales aprendió a preparar el agua de taberna: típica en la época de Día de Muertos. Hacerla implica tiempo y empeño: primero ha de elegir las palmeras de donde obtendrá salvia para preparar la taberna, los árboles deben tener entre 15 a 20 años de edad. Luego, a estos deberá hacerles un corte para obtener el líquido que fermentará naturalmente por 20 días. Finalmente, utilizará el resultado para diluirlo en agua y obtener una refrescante bebida con sabor agridulce.
Bu’pu. En zapoteco del istmo, la palabra bupu significa espuma, haciendo alusión a la característica distintiva de esta preparación zapoteca. Para prepararla se necesita cacao, atole blanco y dos flores: flor de mayo (cacaloxuchitl) y flor de amarillito.
Tejate. Refrescante y ligeramente dulce, así es el tejate, un espumoso líquido tradicional en los Valles Centrales de Oaxaca. La base de esta bebida son el cacao y el maíz, a los cuales se les añade rosita de cacao y agua fría hasta que se forma una bebida coronada con una fina y cremosa capa de espuma. Suele servirse en jícaras de color rojo, especialmente en el pueblo de San Andrés Huayapam, Oaxaca.