Tres de cada cuatro cultivos alimentarios dependen en cierta medida de la polinización para garantizar su rendimiento y calidad, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés); es decir, alrededor de 87 de los principales cultivos alimentarios en todo el mundo, como café, manzanas, almendras, tomates, cacao, fresas, pimientos, entre otros, dependen de la polinización.
Dada la relevancia de los polinizadores, en 2017 el Senado declaró el 17 de agosto como el Día Nacional de las Abejas, con el objetivo de que se reconozca y valore la importancia ambiental, social y económica de esos insectos y se lleven a cabo acciones que ayuden a protegerlas y conservarlas.
Las abejas contribuyen con la producción de alimentos y medios de subsistencia humana, de ahí su importancia en el desarrollo de la biodiversidad y la supervivencia de los ecosistemas, por ello es fundamental salvaguardarlas ante los riesgos que enfrentan.
Como parte de esta conmemoración, en México —Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología AC (Proccyt)— reiteró la necesidad de generar una agenda común entre autoridades, investigadores, agricultores, apicultores e integrantes de la sociedad civil en favor de la preservación y el cuidado de estos polinizadores, cuya existencia es fundamental para garantizar el desarrollo sostenible y la alimentación de nueve mil 700 millones de personas que habitarán el mundo en 2050, según proyecciones de la ONU.
En el país, la producción agropecuaria deberá aumentar 60 por ciento hacia el mismo año, para cumplir con la expectativa de alimentación de 150 millones de personas que habitarán nuestro país para entonces. Por lo anterior, Mónica Mirón, gerente de Comunicación y Relaciones Institucionales de Proccyt, destacó que la industria de protección de cultivos trabaja intensamente en la capacitación y comunicación entre apicultores y agricultores en beneficio de la salud de las abejas y la producción sustentable de alimentos.
También señaló el impulso de una serie de recomendaciones resultantes de las experiencias y estrategias desarrolladas por Proccyt, entre las que destacan: impulsar buenas prácticas apícolas y agrícolas; identificar, ubicar y combatir el comercio ilegal de plaguicidas, fomentar la investigación y el desarrollo orientados a mitigar los impactos multifactoriales, y alinear los programas de apoyo de insumos agrícolas y subsidios a colmenas, con buenas prácticas.
Actualmente, la industria de la ciencia de los cultivos invierte al año más de siete mil millones de dólares en investigación y desarrollo de nuevas moléculas de plaguicidas más seguras y específicas, de forma tal que los agricultores puedan implementar prácticas agrícolas modernas con las que las abejas y otros polinizadores puedan coexistir sin peligro.
Proccyt considera que las prácticas agrícolas basadas en la investigación y el avance tecnológico sustentable, pueden ayudar a proteger a las abejas al reducir la exposición a ciertas sustancias y ayudar a diversificar los métodos agrícolas, lo que contribuiría a elevar los niveles de producción con miras a las necesidades de las próximas décadas.
Información e imágenes: Proccyt
